Cuando a nuestras vidas llegan un pequeño bebé, lo más habitual es buscar similitudes con sus padres. La primeras y más evidentes son las físicas, pero con el paso de los años, podemos encontrar otras más personales, como el carácter y la personalidad en general. Pero, ¿y la inteligencia?, es cierto que cuando tienes varios hijos puedes ver que entre ambos hay diferencias en este campo, pero ese no es el asunto que te ha traído hasta aquí.
Ya tenemos la respuesta, tras muchos años de pruebas y experimentos, los mejores científicos han descubierto cuál de los progenitores es el que le otorga la inteligencia a su pequeño. Eso sí, no confundamos ser inteligente con ser sabio, ya que una cosa es innata, y la otra se adquiere con los años.
3Las pruebas que lo confirman
Entre las muchas pruebas realizadas, Robert Lehrke recurrió a la manipulación genética de ratones. Para esta prueba, se crearon ratones que debían poseer una alta dosis de genes maternos, y por otra parte, ratones que tuvieran una alta cantidad de genes paternos. En el caso de los ratones con mayor cantidad de cromosoma X, se obtuvo como resultado un cerebro de mayor tamaño, pero con un cuerpo mucho más pequeños. En el caso de los ratones con más cromosomas paternos, los ratones dieron como resultado un cerebro mucho más pequeño, a diferencia de su cuerpo, el cual era mucho más grande.
Tras obtener tales datos, se siguió con un estudio mucho más exhaustivo, y se descubrió que el cerebro cuenta con zonas que tienen una mayor cantidad de células maternas, y otras en las que solo hay células paternas. Pero esto no queda aquí, parece ser que las células de origen paterno se encuentran acumuladas en la zona del cerebro que se encarga de la alimentación, el sexo y la supervivencia. En cambio, las células maternas se pueden encontrar en la zona del cerebro encargada del desarrollo de la inteligencia, el lenguaje, la planificación y el pensamiento. ¿Qué viene a decirnos esta información? Pues que lo más probable es que heredemos la inteligencia de nuestra madre, y las emociones de nuestro padre.