Un estudio elaborado por el Hospital Sant Joan de Déu en ‘casals’ de verano del área de Barcelona ha revelado una menor tasa de reproducción en los menores que la que presentaba la población general y la importancia del lavado de manos en las actividades para reducir los contagios.
Según el estudio, que ha presentado este miércoles resultados preliminares, los niños participantes en el estudio transmitieron la enfermedad a otros menores y adultos con un número básico de reproducción local (R0) del 0,3, unas seis veces inferior al de la población general en esa área geográfica que en ese momento se situaba entre el 1,7 y 2.
El estudio siguió durante cinco semanas a 1.905 personas, entre niños y monitores, de 22 ‘casals’ del área de Barcelona, en los que se detectaron 39 casos –30 niños y 9 monitores–, y los 30 casos pediátricos estuvieron en contacto con 253 personas, de las que 12 contrajeron la infección, lo que supone un 4,7%, han explicado la coordinadora del estudio, Yolanda Jordán, y el jefe de Pediatría del hospital, Juanjo García.
La mayor parte de los casos índice pediátricos detectados (22) no han transmitido ninguna infección en los campamentos, cinco lo han hecho a un contacto, dos a dos contados y uno a tres contactos.
El estudio ha evidenciado que existe una alta correlación entre la incidencia de la infección en la población general y los casos detectados en los ‘casals’ de la misma zonas, lo que demuestra que los participantes en las actividades de verano no han sido grandes transmisores de la enfermedad y que el cribado en áreas de alta incidencia puede ser muy efectivo.
García ha explicado que se tomaban semanalmente muestras mediante una PCR de saliva en un estudio «singular y único en el mundo» en el que han participado una sesentena de profesionales de campo, además de expertos nacionales e internacionales.
Jordán ha apuntado que el estudio permite averiguar que los menores de 12 años tienen la misma capacidad de transmisión que aquellos con edades comprendidas entre los 13 y 17 años, y la eficacia de los grupos de convivencia estable, que ayudan a la trazabilidad de los casos y realizar cuarentenas selectivas.
APORTAR «PISTAS»
La coordinadora del estudio también ha enfatizado que aquellos campamentos en los que el lavado era de más de cinco veces al día la tasa de transmisión era más baja que la de aquellos que lo hacían con menor frecuencia, lo que puede derivar en ser una «buena medida» para las escuelas.
Tanto García como Jordán han asegurado que los datos que desprende el estudio pueden ayudar en la vuelta a las aulas, aunque las condiciones y volumen de niños es diferente, ya que aporta «pistas» para reabrir las escuelas de una forma segura.
La consellera de Salud de la Generalitat, Alba Vergés, ha señalado que estudios como el de Sant Joan de Déu ayudan a construir evidencia científica, y ha dicho que da pistas para orientar a las escuelas.
Ha dicho que avala como «adecuadas» algunas decisiones tomadas por la Generalitat como el constante lavado de manos y los grupos estables de convivencia, y ha insistido en trabajar para que la vuelta a las escuelas sea en las mejores condiciones.