Claudia Schiffer, uno de los iconos de la moda de todos tiempos, cumple hoy medio siglo de vida. 50 años que se dicen pronto, aunque el tiempo no pasa por ella, para qué nos vamos a engañar. Sin miedo a quedar de exagerados, podemos asegurar que está casi casi más guapa que cuando, con 20 años, pisó una pasarela por primera vez para no bajarse nunca más.
Su nombre está escrito en letras de oro en la historia de la moda, al lado de otras supermodelos, compañeras de generación – y según las lenguas viperinas, más rivales que amigas – como Naomi Campbell, Elle Macpherson, Cindy Crawford o Christy Turlington. Una generación inolvidable que, treinta años después, sigue más de moda que nunca.
Claudia, pese a no ser americana sino alemana, rápidamente se convirtió en una de las supermodelos imprescindibles para cualquier diseñador, portada o pasarela. Su rubia melena y la dulzura de su belleza, además de sus medidas perfectas, eran el reclamo perfecto para todos, y su parecido con Briggite Bardot y la frescura de su sonrisa la convirtió en la más popular de toda su generación.
Durante estos 30 años de exitosa carrera, a Claudia le ha dado tiempo de todo. Portada de las principales revistas de moda de todos los países del mundo, ha desfilado para los diseñadores más exitosos y, como no podía ser de otra forma, ha protagonizado numerosas campañas publicitarias (inolvidable su anuncio de Pepsi) y también ha probado suerte como actriz, llegando a interpretarse a sí misma en la siempre recurrente «Love actually».
En cuanto a su vida personal, y después de un matrimonio fallido con el mago David Copperffield, la supermodelo está felizmente casada con el director y productor Matthew Vaugham. Con él tiene tres hijos, con los que eside en su mansión en Suffolk, Inglaterra. Y, como no podía ser de otro modo, sigue en activo. Y aunque elige cuidadosamente los trabajos que realiza, cuando reaparece todos nos quedamos boquiabiertos con esa belleza que, a sus 50 años recién cumplidos, sigue conservando intacta.