Como hijos adultos entendemos el dilema en el que estuvieron nuestros padres para criarnos como buenas personas. Algunos la tuvieron bastante fácil, sus pequeños no tenían hiperactividad y la etapa de la adolescencia pasó como la noche vieja: rápida y sin problemas. Del otro lado del muro están los que sufrieron, los que derramaron lágrimas de sangre porque por más que se aconsejaba al chiquillo, le entraba por una oreja y salía por otra. Espero que tú hayas sido como los del primer caso.
Los menores tremendos aprovechaban los momentos cuando la vecina visitaba la casa, cuando los familiares realizaban una reunión o cuando había fiestas para ser el peor modelo a seguir. Dieron tanta guerra que algunos progenitores decían frases que en su mente eran contundentes, precisas y ofensivas que combinadas con ojos de asesinos, resultaban bastante graciosas con los zascas más bestiales. Esto es un ejemplo para ir calentando, el muchacho está en la etapa de la adolescencia y su padre le escribe por Facebook en vista que no le responde los mensajes «Por qué no me aceptas como amigo. Te da pena que vean que tu padre es amigo tuyo» ¡qué vergüenza!, este padre inseguro que se llama Francisco, recuerda que existe el bullying y que posiblemente le acabas de dar un motivo a sus amigos para que se burlen hasta que salgan de la secundaria.
4Está en sus días, ¿padre qué hizo?
El caso a continuación es prodigioso. Padre y madre se unieron para hacerle bullying a su hijo. El joven James dice una grosería para decir en su Facebook que le duele la cabeza. La señora responde que no hable de esa manera porque hay miembros de la familia que también leen lo que escribe. Hasta este punto todo bien. El adolescente le explica a su madre que es un adulto y puede decir y hacer lo que quiera ¡Muy grosero el joven!
En el siguiente capítulo entra Tom, su padre y dice que James está en sus días que lo mejor sería que se tomara una píldora. Una respuesta sublime para encarrilarlo.