Una de las necesidades imperiosas del ser humano y muy fácil de satisfacer es comer. Digo fácil, con el permiso de quienes les cuesta ganar el pan diario, porque para alimentarse solo es necesario abrir la boca e introducir lo que el individuo considera que es beneficioso para él. Haciendo un énfasis, existen personas que comen piedras, papel del baño, ladrillos; un hábito conocido como la pica. Pero no vinimos hablar de esto sino de los platillos peligrosos que al prepararlos son un manjar, una explosión a la boca, pero el no saberlos limpiar y cocinar de la manera adecuada puede ocasionar la muerte.
Es fácil preguntarse el porqué el ser humano se alimenta de algo que puede llevarlo a la muerte, ¿por qué comerlos entonces?, la respuesta quizá podría ser que son animales exóticos, difíciles de conseguir y preparar, ¿a quién no le atrae lo prohibido? y la respuesta más obvia es que realmente son un manjar si se sabe cocinar, ¡lo bueno que cueste!
Lo curioso del caso es que es necesario de un verdadero profesional para que los lleve al plato. A veces son años de entrenamiento porque hay zonas en el cuerpo de los animales que presentaremos a continuación en donde se alojan sustancias tóxicas y venenosas para el organismo humano.
Iremos en un orden descendente, del más peligroso al menos letal. A lo mejor ya habías comido algo de esto y probablemente estabas en riesgo de muerte. No esperemos más y comencemos.
3Anacardos
¿Quéeee, los anarcardos? Parece una locura que esté en esta lista, pues este alimento generalmente lo disfrutamos como fruto seco. Compite con la nuez y los pistachos, muy solicitados por los consumidores. Ingerirlos de la forma adecuada proporciona grasas naturales, cobre, hierro y magnesio. Para los que sufren de insomnio, los ayuda conciliar el sueño. Aunque es un alimento buenísimo en propiedades, la recomendación es consumirlos fritos o tostados si no quieres intoxicarte.
En su versión cruda, los anacardos contienen un químico llamado urushiol que también se puede encontrar en la hiedra venenosa. Si su consumo te llegara a envenenar apunta los síntomas: irritación en la piel, edemas, inflamación, supuración y en el peor de los casos dermatitis severa.
Ten mucho cuidado al llevarlos a tu boca porque tanta inversión en el dermatólogo para tener un cutis radiante, una piel tersa como la de un bebé que sé que la tienes , no se puede ir por la cañería.