El Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos considera importante alertar a los deportistas que practican windsurf de los riesgos de lesiones, como la aparición de heridas por abrasión en el empeine, a la altura de la primera cuña, ya que este es el hueso más prominente. Se debe al roce y a la presión de la piel con el footstrap, la cincha que lleva la tabla para fijar el pie y permitir un mayor agarre y estabilidad del cuerpo.
Dado que se producen en un medio salino y el deportista no suele detener la práctica deportiva, los bordes de la herida cauterizan como consecuencia de la salinidad y se produce una cicatrización lenta e inadecuada que puede tardar bastantes semanas en curar. La presidenta del Colegio de Podólogos de Canarias, Verónica Ruiz Martín, recomienda ajustar la cincha y proteger la zona con algún apósito de hidrocoloides o hidrogel resistente al agua. Con el tiempo, se producirá un callo óseo en la zona que no implica mayor complicación que molestias con determinados calzados.
Otras lesiones frecuente son las ocasionadas por traumatismos directos con el material deportivo o contra las rocas del fondo marino: pueden ser luxaciones o subluxaciones de los dedos al engancharse con el material y golpes directos en las uñas que provocan hematomas subungueales con rotura parcial o completa de las uñas.
El windsurf también provoca esguinces de diversa gravedad de los tobillos e, incluso, fracturas de tibia y/o peroné al quedarse el pie enganchado en el footstrap durante algún giro, salto o caída. «En este tipo de lesiones, la prevención depende más de la actitud del deportista al realizar figuras o saltos de cierta complejidad para reducir la probabilidad de lesionarse», señala la presidenta del Colegio de Podólogos de Canarias.
Un esguince típico es el esguince mediotarsiano o síndrome del ‘footstrap’: se produce en la articulación del Lisfranc (la articulación donde se unen los huesos largos de los pies, los metatarsianos, con los huesos del arco, los tarsianos). Según Verónica Ruiz Martín, «este esguince suele producirse como consecuencia de una mala caída y una incorrecta posición del pie durante un salto».
También se originan fracturas en las cabezas de los metatarsianos menores por impactos directos contra la tabla durante los saltos, «similares a las clásicas fracturas provocadas por la frenada brusca en el automóvil», apunta la presidenta de los podólogos canarios.
No hay que olvidar las fisuras o grietas en la piel, sobre todo en los talones y en la zona de apoyo plantar del primer metatarsiano (el hueso largo del dedo «gordo»), debido a la pérdida de humedad de la epidermis al estar tanto tiempo expuesta tanto al agua salada como a la arena. Suelen aparecer acompañadas de zonas hiperqueratósicas o durezas. Según Ruiz Martín «es aconsejable acudir a un profesional de la podología para una limpieza de dichas zonas y que recomiende algún tratamiento para su cicatrización, así como una buena hidratación del pie».
En deportistas que practican windsurf con bastante asiduidad, es frecuente observar deformidades como los juanetes y los dedos en garra, debido al gesto deportivo del pie durante la práctica, y a los microimpactos repetitivos con la tabla que reciben las articulaciones metatarsofalángicas. La presidenta del Colegio canario recuerda que «la tabla no solo se desliza sobre el agua, sino que también rebota contra el mar por efecto de las olas, con lo que se produce un mecanismo parecido a las fuerzas reactivas del suelo cuando caminamos o corremos».