La dirección de facturación debe figurar siempre en todas las facturas que emitamos como empresa o como autónomos. Para los autónomos y los trabajadores freelance las facturas son una herramienta habitual a la hora de realizar sus cobros y pagos de manera legal y de mantener sus obligaciones fiscales en orden y al día. Saber emitir correctamente las facturas y entender a qué corresponde exactamente cada campo o apartado se vuelve pues fundamental ya que eso nos evitará tener problemas a la hora de hacer frente al pago de los correspondientes impuestos.
A lo largo de este artículo trataremos de explicarte uno de los campos que deben figurar en todas las facturas, el correspondiente a la dirección de facturación.
Qué es la dirección de facturación
En cualquier factura legal, tanto si es emitida por nosotros como si nos la remiten debe figurar siempre el campo relativo a la dirección de facturación.
El 1 de enero de 2013, entró en vigor el Real Decreto 1619/2012, de 30 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento que regula las obligaciones de facturación. Este sustituye al Reglamento de facturación aprobado por el Real Decreto 1496/2003 y traspone al ordenamiento jurídico interno la Directiva 2010/45/UE. Este Reglamente tiene entre otras, la finalidad de garantizar la igualdad de trato entre las facturas en papel y las electrónicas.
Este Reglamento es el que determina que la dirección de facturación que aparece en todas las facturas debe corresponder al domicilio fiscal en el que está asentado el negocio. Es decir, en el espacio legal donde la Administración tributaria puede localizar al responsable de la empresa en cuestión.
Dirección de facturación según quien la emita
Se entiende que la dirección de facturación variará seguramente si la emite una persona física o una persona jurídica.
Para las personas físicas, el domicilio fiscal suele ser el mismo que su domicilio de residencia, aunque también son muchos los trabajadores que tienen un local en el que desarrollan su actividad laboral. En función de esas circunstancias, la dirección de facturación correspondería con la residencia habitual o con el local en el que se declararía la actividad.
En el caso de las personas jurídicas y también los autónomos, a la hora de constituir la empresa tienen que contar con un domicilio fiscal y uno social, este corresponde con el lugar donde se podrá localizar a la compañía en cuestión y suele coincidir con el espacio en el que se ubica la administración y dirección de la empresa. El domicilio fiscal y el social pueden coincidir, aunque el domicilio fiscal también puede corresponder al del local en el que se desarrolle la actividad.
El domicilio fiscal es aquél que señalas para recibir las notificaciones de la administración, consta en el NIF de la empresa y es esta quien lo notifica a la Agencia Tributaria.
La dirección de facturación vs la dirección de envío
En este caso ambas direcciones también pueden corresponderse o ser diferentes. Es un campo que puede dar lugar a confusiones especialmente en los negocios relativos al comercio electrónico. En estos casos la dirección de facturación es la que se encuentra vinculada a la tarjeta de crédito o la cuenta desde la que se efectúa la compra. A través de la dirección de facturación se puede comprobar la veracidad de los datos aportados por el cliente y evitar el fraude bancario.
Los datos que se deben incluir en la dirección de facturación son el nombre de inmueble, el número de piso, el nombre o número de la calle donde vives y el número de servicio postal. También tienes que ingresar el nombre de tu localidad, ciudad, o estado y país. Y debes asegurarte que estos datos corresponden con los que posee el registro del banco.
En cuanto a las direcciones de envío no necesitan ser verificadas, de hecho a una misma dirección de facturación pueden corresponder diferentes direcciones de envío. Estas no son más que el espacio físico donde se nos envía la mercancía.
Los datos de facturación
Los datos de facturación son todos los que se tienen que incluir en una factura de modo obligatorio para que esta tenga validez legal. Estos datos son:
- El número de factura.
- La fecha de la emisión de la factura.
- Los datos del emisor y los datos del receptor.
- El concepto de lo que se está facturando.
- El tipo impositivo.
- Los datos del registro mercantil, para el caso de las sociedades mercantiles.
Si una factura no incluye todos estos datos identificativos será considerada nula y no podrá ser deducida.