La avispa es uno de los animales más temidos por todos en las piscinas y en el campo durante el verano. Solo con ver sus colores amarillo y negro, muchos huyen, y es que una picadura de avispa es de lo más doloroso que te puede suceder inesperadamente.
En el mejor de los casos, la picadura o mordisco de estos insectos voladores queda en un doloroso ronchón, pero cabe la posibilidad de que pueda suceder algo más grave si somos alérgicos o si son varias avispas las que nos atacan.
2El momento del picotazo
A veces, aunque seamos las personas más precavidas del mundo, podemos sufrir la picadura de una o varias avispas. Si esto sucede, vas a notar un dolor intenso concentrado en un punto, pero no te preocupes, a no ser que seas alérgico a su picadura, este daño es inofensivo y solo se va a quedar en un sarpullido y un mal recuerdo.
Las avispas pueden morder o clavarnos el aguijón, ambas son consideradas como picaduras. En caso de que el aguijón se haya quedado clavado, lo mejor es retirarlo de forma cuidadosa para evitar causar mayor daño. Se puede retirar fácilmente con unas pinzas o con cualquier objeto sin llegar a presionarlo.
Nos vamos a encontrar una pequeña herida, con lo que hay que evitar que se infecte. Así pues, procederemos a lavar la zona con agua fría, que además tendrá un efecto calmante, y con jabón. Así vamos a higienizar la zona y evitar que las bacterias se introduzcan dentro de la herida y generen complicaciones a posteriori.