Son muchos años de blues, muchos nombres, grandes discos como para ponernos de acuerdo a la primera. Tú tendrás tus preferidos y las mejores razones para que lo sean.
Desde la década de los años 20 hasta nuestros días podríamos recodar muchas guitarras que son, en esencia, el recorrido por obras y vidas. De Robert Johnson y los lamentos que contenían toda la historia de la segregación racial o la leyenda del cruce de caminos y el alma vendida al diablo, hasta el sonido enérgico de Rory Gallagher. En esa lista hay muchos nombres, y dejar a unos e incluir a otros es un trabajo de muchos horas de discusión consigo mismo.
Básicamente como nosotros gozamos de la potestad de poder hacerte llegar nuestro gustos y opiniones, éstos son los 10 gigantes de la guitarra ‘bluesera’. Y Si hay reclamaciones… al ‘maestro armero’, que hoy no ha venido:
5Albert King.- ( Missisippi, 1924)
Su verdadero nombre era el de Albert Nelson y como muchas historias que tenían que ver con las grandes leyendas del blues, la suya era una familia muy pobre: el padre murió pronto y la madre tuvo muchas dificultades para criar a sus hijos. A los nueve años, Albert empezó a trabajar en los campos de algodón. La familia viajaría a Arkansas para encontrar algo mejor, y allí Albert profundizó en el conocimiento del blues gracias, sobre todo, a las canciones del legendario Dorothy Dailey.
En Arkansas formó un nuevo grupo, ‘In The Groove Band’, con el que llegó a actuar en Memphis. Pero sería en San Louis, donde formó su primera gran banda dando paso a una intensa actividad de grabaciones y conciertos. Pero es sobre todo su estilo guitarrístico -probablemente el mejor zurdo anterior a Hendrix- lo que le hace especial.
En 1968 Albert King fue uno de los invitados permanentes del ‘Fillmore’ de San Francisco -un verdadero templo del rock de aquellos años-, publicando entonces el álbum ‘Live wire/blues power’, considerado uno de los más vibrantes del género.
Durante todos los años setenta y ochenta, el cantante y guitarrista actuó por todo el mundo y grabó muchísimos discos. Sus obras maestras de aquel período son ‘Jammed together’, de 1969, con Steve Cropper y Pop Staples; ‘The lost session’, de 1971, con John Mayall; ‘I’ll play de blues for you’, de 1972, y ‘I’m in a phone booth, baby’, de 1984.