4NO LE APETECE SALIR NI RELACIONARSE
Una mujer a la que no le apetece conocer gente nueva o pone cara de comer limón cuando habla con alguien, probablemente no libere todas las endorfinas necesarias para estar feliz y contenta. Un buen remedio para esto es tener sexo, un liberador de bienestar por excelencia que, practicado con regularidad, puede cambiar hasta la percepción de ver la vida.
La mujer satisfecha sexualmente pasará de estar enfadada con el mundo a poner una sonrisa involuntaria a cada persona por la calle.