Un nuevo estudio concluye que cuanto más gordo es un político, más actividades ilícitas realiza.
Según el documento publicado por Pavlo Blavatskyy, profesor de de la Universidad de Montpellier en Francia, los países más corruptos del mundo postsoviético tienden a tener los políticos con más sobrepeso.
Al no disponer de datos del registro de salud por razones legales, el profesor comenzó en 2017 a examinar fotos y hacer una estimación de la masa corporal de casi 300 representantes de 15 repúblicas post soviéticas.
A su vez, estos índices se cruzaron con datos extraídos de los anuarios de Transparencia Internacional y con los indicadores de corrupción del Banco Mundial.
«El índice medio de masa corporal estimado de nuestros ministros está altamente relacionado con las cinco medidas convencionales de corrupción percibida. […] La gran corrupción política latente es literalmente visible a partir de las fotografías de altos funcionarios públicos», explica el estudio.
Los países postsoviéticos que en el informe del Banco Mundial aparecen como menos corruptos son los estados bálticos: Estonia, Letonia y Lituania, y Georgia. Los ministros de estos cuatro países tienen la masa corporal media más baja, es decir, son los mandatarios más delgados. Por el contrario, los países con mayor índice de corrupción,Turkmenistán, Tayikistán y Uzbekistán, están controlados por los mandatarios más pesados de la lista.
Otra conclusión del estudio de Blavatskyy es que en «los países con ministros más obesos tienden a tener una población con menos sobrepeso, y viceversa. En los estados bálticos, los políticos eran más delgados que la población en general», asegura el profesor.