El nuevo precio de la bombona de butano que entrará en vigor este martes será de 12,71 euros, impuestos incluidos, lo que supone un descenso de 0,66 euros por bombona frente al precio en vigor desde enero de 13,37 euros, un 4,9%.
Según informaron a Servimedia fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, esta bajada, recogida ayer en el BOE, llega después de que se suspendieran las revisiones bimensuales de marzo y mayo al resultar en subidas del precio, en virtud de la decisión del Gobierno de no aplicar dichos incrementos para mitigar el impacto económico del coronavirus en las familias.
En principio, este nuevo precio, de 82,5770 céntimos de euro por kilogramo sin impuestos, estará vigente durante dos meses, hasta el tercer martes de septiembre, cuando se revisará de nuevo según las cotizaciones internacionales. En enero, la bombona subó dos bimestres al alza tras cinco bimestres a la baja.
Esta revisión bimensual del precio se calcula en función del coste de la materia prima (propano y butano) en los mercados internacionales, así como del coste de los fletes (transporte) y la evolución del tipo de cambio euro-dólar. Por otra parte, dicha revisión del precio, al alza o a la baja, está limitada al 5%, acumulándose el exceso o defecto de precio para su aplicación en posteriores revisiones.
El descenso de esta revisión se debe principalmente a la importante caída de las cotizaciones internacionales de la materia prima a lo largo de los últimos meses respecto a las cotizaciones vigentes en enero (-38%).
Con la actual fórmula de fijación del precio la bombona acumula un descenso del 27,4% desde marzo de 2015, cuando se alcanzó el máximo de 17,5 euros. El mínimo se produjo en julio de 2016, cuando bajó hasta los 11,27 euros.
El precio regulado afecta a las bombonas de butano que más comúnmente utilizan los hogares, envases con carga igual o superior a ocho kilos e inferior a 20, cuya tara sea superior a nueve kilos.
Se trata de una mezcla de hidrocarburos, principalmente compuesta de butano, que sirve como alternativa al gas natural para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.
Actualmente se consumen 68 millones de envases de GLP de distintas capacidades, de los cuales 53 millones se encuentran sujetos al precio máximo regulado (el 78%). Se trata de un combustible en retroceso ya que desde 2009 a 2018 el consumo total de estas bombonas ha descendido un 20%.
(SERVIMEDIA)