Cerca de 1.500 millones de personas que viven en zonas bajas dependerán del agua de las montañas a mediados de este siglo, lo que supone un 24% más que desde la década de 1960.
Ésta es la conclusión de un estudio elaborado por investigaciones de Austria, Finlandia, Francia, Países Bajos y Suiza, y publicado en la revista ‘Nature Sustainability’. Los científicos se basaron en un escenario intermedio de crecimiento de población y desarrollo tecnológico, económico y social.
El consumo mundial de agua se ha casi cuadruplicado en los últimos 100 años y muchas regiones sólo pueden satisfacer su demanda hídrica gracias a las contribuciones esenciales de las regiones montañosas. En tres décadas, casi una cuarta parte de la población mundial que vive en tierras bajas dependerá en gran medida de la escorrentía de las montañas.
El agua es un recurso clave para el siglo XXI y muchas regiones de tierras bajas de todo el mundo dependen de los recursos hídricos que se originan en las regiones montañosas, especialmente cuando se trata de regar tierras agrícolas.
Un estudio dirigido por la Universidad de Zúrich (Suiza) ha cuantificado esta dependencia por primera vez al comparar el suministro y el consumo de agua en las zonas bajas del mundo con las contribuciones de escorrentía de las montañas.
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Basado en un modelo global de alta resolución, el estudio ofrece información detallada sobre la dependencia de los recursos hídricos de montaña en todo el mundo. Los análisis se llevaron a cabo con una cuadrícula regular y luego se compararon para cada área de captación de ríos de al menos 10.000 kilómetros cuadrados, lo que permitió obtener percepciones altamente diferenciadas de las características y diferencias regionales.
«Hasta ahora, la investigación se ha centrado principalmente en las cuencas fluviales que se originan en la alta montaña de Asia», apunta Daniel Viviroli, del Departamento de Geografía de la Universidad de Zúrich y primer autor del estudio, quien añade: «Pero en muchas otras regiones, la agricultura de riego depende en gran medida del agua de las zonas montañosas, como en Oriente Medio y África del Norte, así como en partes de América del Norte, América del Sur y Australia».
Esta dependencia ha aumentado considerablemente desde la década de 1960, a pesar del uso más eficiente del agua y, por lo tanto, la disminución del consumo de agua per cápita. Mientras que sólo un 7% de la población de las tierras bajas solía depender en gran medida de las contribuciones de las zonas montañosas en ese momento, se prevé que esta cifra aumente al 24% a mediados del siglo XXI, lo que equivale a alrededor de 1.500 millones de personas en las zonas bajas.
Entonces, serán zonas de especial atención las de los ríos Ganges, Brahmaputra, Meghna, Yangtze e Indo (Asia); el Nilo y el Níger (África); el Éufrates y el Tigris (Oriente Medio), y el Colorado (América del Norte).
(SERVIMEDIA)