Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) lidera un proyecto para desarrollar fármacos antivirales que impidan la replicación del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la pandemia de Covid-19 mediante ‘parásitos del coronavirus’.
Según informó este lunes el centro de investigación, el estudio se centra en las denominadas DIP (Partículas Defectivas Interferentes), un tipo frecuente de parásitos moleculares específico de los virus de ARN, sin capacidad infectiva por sí solos pero que se aprovechan de su maquinaria para replicarse e interferir así en la infección.
El proyecto, que agrupa a investigadores del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas del CSIC (I²SysBio, mixto del CSIC y la Universidad de Valencia), forma parte de la Plataforma de Salud Global, en la que colaboran más de 200 grupos de investigación para abordar los retos que plantea la epidemia del coronavirus.
“Una propiedad inherente a todos los sistemas replicativos es la aparición de parásitos”, explicó el virólogo del CSIC Santiago Elena, del I2SysBio, que dirige el proyecto. “El ejemplo más obvio son los virus, capaces de infectar desde bacterias hasta plantas y animales más complejos. Sin embargo, también los propios virus, como organismos replicadores, están expuestos a otros oportunistas que se aprovechan de ellos e interfieren con su reproducción y acumulación”, añade.
PARÁSITOS MOLECULARES
Las formas más habituales de los parásitos de los virus son las Partículas Defectivas Interferentes o DIP (en sus siglas inglesas), descubiertas a mitad del siglo XX y asociadas a la infección del virus de la gripe. Desde entonces se han descrito y caracterizado en muchos virus, especialmente en los que presentan ARN: “Prácticamente todos ellos producen genomas defectivos durante su replicación y un gran porcentaje de estos son DIP”, explicó el experto.
Una DIP es una pequeña secuencia de ARN derivada del propio genoma del virus que no contiene información genética. El proyecto explorará la presencia de las DIP durante la infección con el SARS-CoV-2 y en otros coronavirus, como algunos betacoronavirus estrechamente emparentados que no provocan enfermedades ni patologías graves en los humanos, como el virus del constipado común. Posteriormente, los investigadores probarán la capacidad de las partículas para interferir y eliminar el SARS-CoV-2 en células infectadas. Si la estrategia funciona, el siguiente paso sería probarlo en ratones.
Entre las ventajas de las DIP frente a otros antivirales clásicos, destaca que carecen de efectos secundarios, porque solo replican en las células infectadas y son altamente específicas del virus que las genera.
(SERVIMEDIA)