Los espacios donde se haya alojado al menos una persona con posible diagnóstico positivo por Covid-19 (enfermedad causada por el último coronavirus) deben ventilarse al menos durante cuatro horas y ello debe comenzar un mínimo de dos horas antes de iniciarse las labores de desinfección.
El Gobierno establece esta recomendación en una guía sobre el uso y mantenimiento de los sistemas de climatización y ventilación de edificios y locales comerciales, dirigido a profesionales del sector. Ese documento incluye criterios técnicos para proteger la salud pública con el fin de prevenir la propagación del Covid-19 en espacios y locales públicos con ventilación o climatización mecánica, centros comerciales, instalaciones deportivas o culturales, entre otras.
La guía ha sido coordinada por técnicos del Ministerio de Sanidad, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae), con la participación de expertos en salud pública, sanidad ambiental, aerobiología e instalaciones de climatización y ventilación. El documento incluye recomendaciones de las agencias internacionales, organizaciones profesionales y sociedades científicas.
Una de las recomendaciones de la guía, difundida este lunes, es ventilar al menos cuatro horas el espacio donde se haya alojado alguna persona que sea posible caso positivo de Covid-19. El protocolo de limpieza y desinfección de ese lugar debe comenzar como mínimo dos horas después de iniciarse la ventilación e incluir rejillas de impulsión y retorno de aire; extracción, limpieza y desinfección del filtro de la unidad interior si la hubiera (‘fancoil’, ‘split’), y limpieza y desinfección de la unidad interior, si existe, pulverizando una solución desinfectante.
La guía indica que la renovación del aire es el parámetro más importante; si es posible, se recomienda un mínimo de 12,5 litros por segundo y ocupante, que es el valor que el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios atribuye a un aire de buena calidad; para ello, se puede aumentar la ventilación o reducir la ocupación de los espacios.
Es aconsejable verificar que los equipos encargados de la renovación de aire trabajen, al menos, en sus condiciones nominales de diseño y que las posibles pérdidas de carga, especialmente internas al sistema sean mínimas (filtros con colmatación, etc.).
Si el sistema dispone de controles específicos de calidad de aire (sondas de CO2, etc.) se recomienda desconectarlos para priorizar el caudal del sistema (por horario); en horario laboral se aconseja trabajar con el caudal máximo que permita el sistema desde dos horas antes de la apertura y hasta dos horas después del cierre; en las horas restantes de la semana, incluido fines de semana, es preferible que el sistema continúe funcionando a bajo caudal, pero nunca a nivel inferior del 25% del caudal de aire nominal.
MÁS RECOMENDACIONES
La guía recomienda eliminar o reducir la recirculación del aire en los dispositivos que lo posibiliten y siempre que las condiciones de operación lo permitan. Si existe un sistema de extracción específico para la zona de aseos u otras zonas anexas a la oficina -como, por ejemplo, vestuarios-, es recomendable mantenerlos activos de forma permanente.
Cuando el edificio no disponga en origen de sistemas de ventilación mecánica, la guía recomienda la apertura de ventanas accesibles para favorecer la ventilación cruzada; se aconseja realizar una ventilación regular con ventanas incluso en edificios con ventilación mecánica.
La guía indica que no debe modificarse la temperatura de consigna ni de calefacción ni de refrigeración. Los rangos reglamentarios sobre humedad relativa –entre el 30% y el 70%- se consideran adecuados, por lo que se aconseja mantener los puntos de consigna previamente establecidos en el edificio.
En el caso de que en el edificio haya ‘fancoils’, ‘splits’ inductores u otro tipo de unidades interiores de expansión directa, es aconsejable que estos dispositivos funcionen de manera acompasada y solidaria con las unidades exteriores. La guía recomienda aumentar, tanto como sea técnicamente posible, la filtración del aire recirculado si el equipo lo permite, y siempre y cuando se garantice el caudal de aire nominal del equipo.
El documento considera las labores de mantenimiento tan relevantes como las de operación del sistema. Así, en el supuesto de aquellos edificios y establecimientos que hayan cerrado o cesado su actividad, es recomendable realizar una revisión general de la instalación de climatización antes de la reapertura, limpiando rejillas, difusores, filtros y baterías. Y si la instalación es de ventilación, es conveniente realizar un proceso de purga del aire interior tanto del edificio como del sistema, para lo que bastaría con el arranque del sistema de ventilación para ofrecer un número de renovaciones del aire interior adecuado.
La guía no considera preceptivo realizar la limpieza de los conductos si se siguen las recomendaciones anteriores sobre el aumento del aporte de aire exterior, ausencia de recirculación y parada de recuperadores rotativos. Esta recomendación no exime de la preceptiva revisión, una vez por temporada, de la red de conductos según los criterios de la norma UNE 100012.
(SERVIMEDIA)