Una mujer de 81 años fue desalojada el pasado miércoles de un autobús de línea que cubría la ruta entre las localidades madrileñas de Ambite y Arganda por tratar de pagar en efectivo el billete después de que su abono hubiera caducado.
A pesar de que la mujer tenía hora con el médico, el conductor del autobús, la obligó a bajar el vehículo.
La octogenaria, identificada por el periódico ‘El Mundo’ como Juani no pudo actualizar su abono transporte debido a que en Ambite, localidad donde vive, no hay estanco y durante el estado de alarma por la crisis del covid-19 no pudo trasladarse a otro para renovarlo.
El miércoles por la mañana a las 8.30 se encontraba en la parada del autobús lista para acudir a la cita médica en Arganda. Cuando se subió al vehículo trató de pagar en efectivo los 2.60 euros que cuesta el billete, pago al que se negó el chófer.
«Le expliqué que al estar confinados no pude renovar el abono y que traía el dinero justo para el viaje», comentó Juani, al citado medio. «No me podía bajar porque tenía cita con el médico a las 10.15 en Arganda y le contesté que no me bajaba», añadió.
El conductor continuó con el trayecto hasta la siguiente parada, donde estacionó y se negó a reemprender la marcha si la mujer no abandonaba el autobús. Otros viajeros trataron inútilmente de abonar el billete de la octogenaria.
El conductor se excusó en que podía ser denunciado por la Policía si le descubrían con la pasajera a bordo, por lo que la mujer acabó abandonando el autobús.
Me dijo que hiciera el favor de salir y me volví andando a casa y sin ir al médico», dice la anciana. «Llevaba cuatro meses esperando una cita porque tengo problemas en el oído y fue muy injusto lo que me pasó», dijo.
Por su parte, Argabus, la empresa de transportes responsable, defiende la actuación de su trabajador, y agregan que no podía aceptar el dinero en efectivo como consecuencia de las normas establecidas por el Covid-19.