La ministra de Defensa, Margarita Robles, deploró este jueves que las muertes por coronavirus ocurridas en las residencias de ancianos sean utilizadas como un elemento más del debate político, en lugar de servir de base para replantearse la situación de estos centros de cara al futuro.
Así se pronunció Robles, en una entrevista en Telecinco recogida por Servimedia, en la que llamó a reflexionar sobre “qué hacemos con las residencias” con vistas al futuro, sin utilizar el dolor que allí se ha vivido en clave partidista.
La ministra puso sobre la mesa el drama de las residencias tras denunciar el pasado mes de marzo que los miembros de las Fuerzas Armadas habían encontrado en algunas a ancianos muertos en sus camas.
Tras los rifirrafes que se han producido entre la Comunidad de Madrid y el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, a cuenta de esta situación, Robles proclamó que “no me gusta que políticamente nadie se tire los muertos de las residencias a la cara”.
Añadió que “son momentos de unidad”, por lo que “no tenemos nadie ningún derecho a utilizar a los muertos”, sino que hay que trabajar para “dar una solución” a esta realidad sin intentar sacar provecho del dolor ajeno.
Esto le sirvió para reclamar la conjunción de todas las fuerzas políticas para “reconstruir” un país que ha quedado “muy tocado por la terrible pandemia” del coronavirus y por su consiguiente crisis económica.
Destacó que la clase política ha de imponerse este objetivo, ya que la ciudadanía, que “ha estado a una gran altura estos meses”, anhela que se resuelvan sus problemas a través del diálogo y no de la crispación.
“La solidaridad que han demostrado los españoles quedándose en sus casas, de los sanitarios y de las Fuerzas Armadas es exigible a los políticos”, dijo.
Postuló al Gobierno al que pertenece y a ella misma como una “ferviente partidaria” de la unidad en “aquellos temas fundamentales para dar pasos adelante en la reconstrucción del momento”, puesto que “el resto de cuestiones deben quedar aparcadas en estos momentos”.
Además, llamó a mirarse en el espejo de la transición, cuando fuerzas antagónicas -como el PCE y los herederos del franquismo- tuvieron la habilidad de “dejar a un lado lo que les separaba y pusieron en común lo que les unía”.
Reconoció que cada momento histórico “tiene sus líderes”, que son fruto de “la realidad social” de su época, si bien dejó claro que la “exigibilidad” es la misma. “Ante los momentos duros, hay que poner por delante la unidad. En política se está para servir”, dijo, para, a continuación, mostrarse confiada en que “se estará a la altura”.
Por último, reconoció la complejidad del momento actual por la posibilidad de que se produzcan rebrotes del virus, algo que hace más perentorio la búsqueda de consensos y de puntos de encuentro entre los distintos actores políticos. “La historia nos juzgará por nuestra generosidad, esfuerzo y trabajo conjunto”, concluyó.
(SERVIMEDIA)