No obstante, por los cambios fisiológicos e inmunológicos que experimentan se las considera población de riesgo. Por ello deben extremar las medidas las medidas higiénicas (uso de mascarillas, lavado de manos…) y de aislamiento.
La atención al embarazo y al parto ha cambiado de forma radical durante la pandemia de coronavirus, generando mucho miedo e incertidumbre entre las mujeres. Por este motivo, la Organización Colegial de Enfermería, con el apoyo de la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME) y la Asociación Española de Matronas (AEM), ha puesto en marcha una campaña en la que se resuelven las principales dudas que se plantean las embarazadas en esta situación.
«Por fortuna no toda la atención sanitaria se centra en el COVID-19, también hay momentos de alegría con el nacimiento de un bebé. Acontecimientos que no se detienen por la pandemia y en los que hay que extremar las medidas de prevención y protección», explica Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
«Las mujeres, por el hecho de estar embarazadas, no tienen más riesgo que el resto de la población de contraer el coronavirus, pero por los cambios fisiológicos e inmunológicos que experimentan se las considera población de riesgo. Por ello, deben extremar las medidas higiénicas (uso de mascarillas, lavado de manos…) y de aislamiento aportadas por las autoridades sanitarias», subraya Gloria Boal, vocal matrona del Consejo General de Enfermería.
Dudas habituales
Muchas de las dudas que plantean las madres es qué sucede si contraen el virus, si podrán contagiar a sus bebés. Sin embargo, según la evidencia disponible, no parece que exista transmisión del virus a través de la placenta, única vía por la que podría llegar al feto. Si la futura madre da positivo en COVID-19, el tratamiento dependerá de cada caso y edad gestacional, pero eso no condiciona el tipo de parto, ya sea vaginal o cesárea.
Tras el nacimiento, el virus tampoco está presente en la leche materna, por lo que la lactancia materna se aconseja incluso en mujeres infectadas, si su estado de salud se lo permite.
«Dada la cercanía que la madre tiene con el bebé para amamantarle, debe tener extremo cuidado de no contagiarlo por vía aérea, con lo que cuando lo amamante deberá ser exquisita con el lavado de manos, antes y después de coger al bebé, uso de mascarilla, lavado de ropa… Si no puede dar de mamar puede consultar con su matrona otras opciones, como la extracción de leche o la utilización de los bancos de leche materna», añade Boal.