La aspirante de ‘MasterChef’ Sonsoles Conde, la primera persona en silla de ruedas que participa en este concurso de televisión, ha puesto fin a su paso por el programa tras vivir una «experiencia muy divertida y también muy intensa» con la que ha tratado de demostrar a la gente que «la vida es cuestión de actitud» y que se puede superar cualquier reto o adversidad porque «todos tenemos capacidades y debilidades, aunque es cierto que algunas son más visibles que otras».
En una entrevista a Servimedia justo después de que Televisión Española emitiera el programa en el que fue expulsada de la octava edición de ‘MasterChef’, Sonsoles confiesa que el paso por este ‘reality’ le ha servido para muchas cosas, entre ellas tener que salir de su «zona de confort», lo cual le ha empujado a «buscar, encontrar y hacer uso de todas mis herramientas interiores».
Esta burgalesa de 43 años es la primera persona en silla de ruedas que participa en ‘MasterChef’, de lo que se considera orgullosa. «Ya tocaba una persona con discapacidad. No por cuota de inclusión o por discriminación positiva, simplemente porque las puertas tienen que estar abiertas para todos, y ya cada uno sabrá por cuál acceder», afirma.
Durante varias semanas, ha cambiado la farmacia por las cocinas de ‘MasterChef’ para aprender nuevas técnicas culinarias y disfrutar de una experiencia única junto a sus compañeros y los maestros Samantha Vallejo-Nágera, Jordi Cruz y Pepe Rodríguez. Humilde y muy cercana, tanto con sus compañeros de concurso como al atender las preguntas de Servimedia, Sonsoles contesta con sinceridad y con un brillo especial en los ojos al repasar su participación en este reto televisivo:
– ¿Por qué decidiste acudir al casting?
Pues te diría que fue casi un impulso, se me pasó como un rayo por la cabeza la posibilidad de presentarme, pero no le presté atención en ese momento. A los pocos días estaba tomándome un vino con mi amiga Gure y le comenté la idea. Ella, lejos de tildarme de loca, me animó inmediatamente y desde el mismo bar me inscribí en la web con el móvil, en plan risas y ya todo fue pasar castings uno detrás de otro.
– ¿Tenías antecedentes o relación con el mundo de la cocina antes de entrar en el programa?
Yo cocinaba en casa para mí y cuando hemos organizado cenas o comidas con amigos me gustaba mirar recetas, preparar cositas, pero todo muy casero y en modo tutoriales de YouTube.
– ¿Qué ha supuesto el paso por ‘MasterChef’?
Lo primero ha sido una experiencia muy divertida y también muy intensa. ‘MasterChef’ me ha sacado muchas veces fuera de mi zona de confort y es allí dónde me he tenido que buscar y encontrar, hacer uso de todas mis herramientas interiores. Se viven muchas emociones muy intensas y muy seguidas y hay que saber gestionarlas bien. Yo, unos días antes del casting de los delantales, cuando ya sentía que podía tener posibilidades reales de entrar, tuve un vértigo enorme y me lo replanteé muy en serio. Sabía que mi objetivo era el de dar un paso más en mi evolución personal y vencer el miedo a una exposición pública, sentía que me lo debía a mí misma y, además, quería poner mi pequeño granito de arena y dar visibilidad desde la normalización a las personas con algún tipo de discapacidad, aunque es una palabra que no me gusta mucho utilizar, ya que creo que todos tenemos capacidades y debilidades aunque es cierto que algunas son más visibles que otras.
– ¿Qué significa la presencia de una persona con discapacidad en un espacio como este?
Yo creo que ya tocaba, pero no por cuota de inclusión o por discriminación positiva, simplemente porque las puertas tienen que estar abiertas para todos, y ya cada uno sabrá por cuál acceder. Yo me veía capaz de seguir el ritmo del programa. En ningún momento quise que me dieran ningún trato diferencial, y confiaba mucho en poder hacer olvidar, tanto al equipo como a mis compañeros y a la audiencia, que yo iba en una silla de ruedas, y ser una aspirante más. Al emitirse el programa y leer todo el feedback que me estaba llegando quizás me he dado cuenta, que lo que para mí, mi familia, mi entorno y mis amigos es normal, hay mucha gente que aún lo ve cómo algo extraordinario y, bueno, yo sólo quiero mostrarles que la vida es cuestión de actitud.
– ¿Qué representa vivir en silla de ruedas?
Pues hombre, yo lo tengo muy interiorizado, pero realmente supone un esfuerzo mayor. A nivel físico desgasta mucho y aún hay muchas barreras físicas en las ciudades que da rabia encontrártelas. Pero también te digo que la capacidad del ser humano para adaptarse a las circunstancias es inimaginable. A mí me encantaría volver a caminar y a correr por la playa y escalar montañas, pero no renunciaría a ni uno solo de los aprendizajes que la silla de ruedas me ha traído. Ojalá la ciencia de un salto cuántico y lo podamos celebrar bailando sin parar.
– ¿Qué consejos darías a una persona que acaba de afrontar una discapacidad sobrevenida?
Es un palo muy gordo, yo lo sé, y cada cuál lo vive como puede, pero mi consejo sería que pase por todas las fases: enfado, tristeza, ira, resignación… Todas. Pero que las pase rápido, rápido, que la vida está ahí fuera esperándole y que de verdad hay cosas maravillosas por las que merece la pena vivir y que sólo hay una cosa que depende de él: la actitud. Que tenga la mejor actitud posible ante las adversidades y ante la vida, porque el secreto del universo es que atraes lo que proyectas.
– ¿Los compañeros, equipo, personal de producción, etc. estaban familiarizados con el trato a una persona con discapacidad física?
No lo sé pero a mí me trataron fenomenal, como una más, que era lo que yo deseaba, porque es lo que soy, una más. A mí no se me caen los anillos cuando tengo que pedir ayuda para algo y cuando la he pedido me la han brindado. Yo creo que todos tenemos la capacidad de comunicarnos y preguntar dudas cuando surgen. En mi caso todo fue super fluido, pero como consejo a quién se pueda ver en una situación parecida es que no sobreproteja, que no sea paternalista y, sobre todo, que maneje la empatía, ¿cómo te gustaría que te tratasen a ti si estuvieras en mi situación?
– ¿Ha surgido algún problema de accesibilidad durante el programa?
Nada fuera de lo común, escalones o rampas empinadas, pero siempre hubo varias manos amigas para dar un empujoncito.
– ¿Te pidieron consejo para adaptar la cocina, el acceso al supermercado, los exteriores o el camión con los ingredientes?
En el último casting me preguntaron por las medidas de mi silla y ya. Es cierto que tanto mi puesto de cocina, en plató como en exteriores, era un poco más bajo de lo normal, pero yo creo que no adaptaron nada más. El supermercado estaba igual, yo hago la compra en mi vida normal con una cesta puesta en las piernas y así lo hice allí. Cuando no llegaba a algún ingrediente Samantha Vallejo-Nágera me lo acercaba. De verdad, que el mensaje que yo quería trasmitir era el de normalizar lo máximo posible y el programa lo entendió y lo respetó desde el principio. Ah, también pusieron una rampa para subir a presentar los platos a los jueces, todo muy correcto.
– ¿Qué adversidades has tenido que superar durante el paso por el programa?
Mi mayor adversidad han sido mis propios nervios. Yo no era muy consciente de esta debilidad mía, pero era entrar en plató y notaba que se me alteraba todo el cuerpo, cocinar a contra reloj y la falta de seguridad en mis conocimientos culinarios es lo que me ha pasado factura.
– ¿Animarías a otras personas con discapacidad a participar en próximas ediciones?
Claro que sí, si ese es su sueño que lo luchen. Hay otras muchas ‘discapacidades’ diferentes que seguro también tienen cabida en este y en todos los programas de televisión. Ojalá, como te decía antes, todas las puertas y fronteras estén abiertas para todos sin distinción de nada y que ya cada uno sepa elegir su camino.
– ¿Has recibido mensajes de apoyo de personas con discapacidad o entidades representativas de este colectivo?
He recibido infinidad de mensajes. Estoy abrumada del apoyo y el cariño tan grande que la gente me está mostrando en redes, algunos super emotivos, historias increíbles de superación y resistencia. Es tan bonito cuando se vibra desde el amor.
– ¿’MasterChef’ ha cambiado tu forma de entender la vida y la cocina?
‘MasterChef’ ha sido otra gran aventura en mi vida a la que siempre voy a estar agradecida. Tanto como cambiar mi forma de entender la vida no, creo que ya traía yo un trabajito previo, pero sí me ha dado el espacio y el lugar para disfrutar muchísimo y aprender de la cocina. Seguro que mi futuro no está en una cocina profesional, pero seguiré cocinando sin reloj, ‘slow cooking’.
– Por último, ¿qué proyectos tienes a partir de ahora?
Tengo ilusiones que espero pronto se materialicen en proyectos. Quiero posicionarme en el circuito del ‘mentoring’ y las charlas motivacionales. Me encantaría encontrar un pequeño hueco en la tele, donde comunicar desde un lenguaje positivo, no agresivo. Y me alucinaría poder grabar algún programa de viajes y gastronomía, descubrir mercados del mundo, mostrar a la gente una vez más que los límites están en la mente de cada uno, me encanta viajar y el ir en una silla de ruedas no es impedimento para ello.
SERVIMEDIA