El Consejo General de Farmacéuticos lleva tiempo promoviendo la función social de la farmacia comunitaria y es consciente del importante papel que puede desarrollar en el ámbito de la violencia de género. Esa es la razón por la que forma parte del Pacto de Estado contra la Violencia de Género desde 2018, y el motivo por el que ha apoyado la iniciativa ‘Mascarilla 19’ como método de auxilio a las mujeres durante el estado de alarma.
Desde que se declaró el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID -19 el pasado día 14 de marzo, las distintas unidades y direcciones generales en materia de violencia de género aumentaron su preocupación por las mujeres víctimas de violencia machista que se encuentran ahora en una situación de mayor vulnerabilidad y riesgo, ya que el confinamiento en sus respectivos hogares supone la convivencia 24 horas con sus agresores.
La magnitud de este problema social se ha visto agravado por las medidas de confinamiento que además ha reducido las posibilidades de las víctimas de pedir ayuda. En este contexto, el Consejo General de Farmacéuticos, que lleva tiempo promoviendo la función social de la farmacia comunitaria, es consciente del importante papel que puede desarrollar en ese ámbito.
Esa es la razón por la que es parte del Pacto de Estados contra la Violencia de Genero desde 2018, y el motivo por el que la Organización Farmacéutica Colegial haya querido dar respuesta a esta situación apoyando la iniciativa ‘Mascarilla 19’, que nació en Canarias, donde los Colegios de Farmacéuticos de Las Palmas y Tenerife y el Gobierno autonómico decidieron colaborar en la lucha contra esta lacra social.
El objetivo de dicha iniciativa es que las mujeres que se encuentren en una situación de riesgo o de peligro para su integridad física, psicológica y/o sexual, tanto en su entorno familiar más cercano como en la calle, puedan acercarse a la farmacia y solicitar una “Mascarilla 19”.
Si bien hay diferentes protocolos de actuación, la mecánica es muy parecida en todos y consiste en que el personal farmacéutico realice una llamada para alertar de la situación a los servicios de emergencia y que a partir de ahí les indiquen los pasos a seguir y la información que requieren, garantizando en todo momento la máxima discreción y confidencialidad.
Mascarilla 19, una clave segura
Esta iniciativa empezó en Canarias solo un día después de decretarse el estado de alarma. Desde el Colegio de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife se habló con el Subdelegado del Gobierno y también con la policía y el Cabildo para que las farmacias de su provincia, en total 389, estuviesen disponibles para fines asistenciales y poder ayudar en caso de necesidad.
“La red amplia y telemática de farmacias de Canarias quería colaborar en la lucha contra la violencia de género pero los proyectos no terminaban de salir. Sin embargo, el día 15 de marzo recibí una llamada de Kika Fumero, Directora del Instituto Canario de Igualdad donde me preguntaba si estaríamos dispuestos a colaborar desde las farmacias. Eso fue un domingo y el martes ya estábamos colocando los carteles de la iniciativa”, explica Manuel Ángel Galván, Presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife.
Tras comentar la posibilidad de utilizar las farmacias y ofrecer una vía de auxilio para las mujeres durante el confinamiento, se pusieron en contacto con el 112 y con la Subdelegación del Gobierno para arbitrar todas las normas en cuanto a privacidad de la víctima y el farmacéutico, y cómo poder establecer ese canal de comunicación.
La idea surge de poder pedir algo en las farmacias sin levantar sospechas de nadie y, desde hace dos meses, uno de los productos más solicitados en las farmacias son las mascarillas. Por eso, se decidió utilizar esta clave junto con el 19 para distinguirla de cualquier otra.
“Cuando alguien acude a una farmacia y nos pide algo que no tenemos, tomamos nota para llamarle y avisarle cuando llegue el producto. La idea fue que las mujeres nos pidiesen algo que no íbamos a tener, tomar nota de su nombre sin levantar sospechas y dar el aviso. Si algo escaseaba en ese momento eran las mascarillas, por eso pusimos esa clave junto al 19 en relación a COVID-19”, continúa.
Dos meses después de que se iniciara la campaña, se ha podido auxiliar a 18 mujeres en la Comunidad Autónoma de Canarias y la iniciativa ha contado una gran repercusión y expansión tanto dentro como fuera de España.
“Hay datos que no se pueden medir y uno de ellos es el efecto persuasivo que ha tenido la iniciativa. Todo el movimiento que se ha generado en torno a ella ha podido provocar que algunas mujeres se piensen el denunciar su situación con la ayuda de los farmacéuticos. Estamos muy sorprendidos por la repercusión global que ha tenido, llegando incluso a diferentes países de Europa y América”, concluye Galván.
Rápida expansión nacional e internacional
En España, diferentes Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos han ido impulsando soluciones similares, como ha sido el caso de Andalucía, País Vasco, Navarra, Cantabria, Comunidad Valenciana, Baleares, Madrid, Murcia, Ceuta, Melilla, Castilla-León o Galicia.
La Comunidad Valenciana, además de haberse sumado a esta iniciativa, es una de las comunidades que lleva muchos años luchando contra la violencia de género desde sus farmacias. Desde el MICOF -Colegio de Farmacéuticos de Valencia- han realizado diferentes cursos de formación a farmacéuticos, campañas de sensibilización y cartelería a lo largo de los años.
“La farmacia es un espacio más desde donde poder detectar y derivar cualquier caso de violencia de género. Una de nuestras campañas más importante fue la de incluir en los tickets de las farmacias valencianas los teléfonos de atención a la violencia de género. Además, el año pasado, junto con diferentes asociaciones de violencia de género de nuestra Comunidad Autónoma, hicimos un Protocolo de atención a la violencia de género desde la oficina de farmacia”, explican desde el Colegio de Farmacéuticos de Valencia.
Maite Torres, vocal de asociaciones del MICOF fue la encargada junto a una policía local de llevar a cabo el proyecto ‘Mascarilla 19’ en la Comunidad de Valencia. “Hicimos un Protocolo para poder hacer directamente actuaciones en las farmacias. Lo presentamos en la Diputación Provincial de Valencia y allí conocimos a una policía local que era muy cercana al tema de la violencia de género. Como sigue muy implicada en este ámbito, se le ocurrió que las farmacias debían ser un punto al que las mujeres en esta situación pudiesen acudir ahora que está todo cerrado”.
“Con decir el código ‘Mascarilla 19’ los farmacéuticos ya saben qué tienen que hacer. Aún no conocemos la repercusión de esta iniciativa, pero es importante estar a disposición de todas estas mujeres que pueden encontrarse en una situación agravada por el confinamiento constante junto a su agresor. Era la forma de tender la mano en uno de los pocos sitios abiertos”, explica Torres.
Otras comunidades también trabajan desde sus farmacias colaborando en la detección y prevención de la violencia de género desde hace varios años. En el caso de Castilla y León, a través del plan ‘Objetivo, Violencia Cero’, informan y asesoran a las víctimas sobre los recursos de los que disponen para poder salir de esa situación.
Por ello quisieron seguir activas en la atención a víctimas de violencia de género durante la crisis sanitaria generada por el covid-19 y decidieron sumarse a la iniciativa con el objetivo de ofrecer a las mujeres la posibilidad de alertar de una situación de emergencia a su farmacéutico mediante la solicitud de una ‘Mascarilla 19’.
El proyecto comenzó a extenderse por las diferentes Comunidades Autónomas y rápido dio también el salto fuera de España. Diferentes países y medios de comunicación de Europa y América se han interesado por la actuación de las farmacias españolas para ayudar a las víctimas de esta lacra y el proyecto se ha puesto en marcha en países como Francia y Noruega, siendo Chile el último en sumarse.