Según el Colegio de Enfermería, aunque no se puede afirmar que la vitamina D previene el COVID-19, «sí es cierto que esta sustancia esencial tiene muchísimas propiedades beneficiosas para el organismo», como el refuerzo del sistema inmunitario.
Por ello, en el marco del confinamiento, desde el Consejo General de Enfermería ha puesto en marcha para difundir entre la población general consejos que ayuden a mantener niveles adecuados de esta vitamina de una manera saludable y natural.
Según el presidente de esta institución, Florentino Pérez Raya, «aunque no se puede afirmar que la vitamina D previene el COVID-19, sí es cierto que esta sustancia esencial en los niveles adecuados, tiene muchísimas propiedades beneficiosas para el organismo. Entre ellas, el refuerzo del sistema inmunitario, logrando que los glóbulos blancos maduren antes, de ahí que sea muy beneficiosa para los procesos infecciosos por hongos, virus o bacterias».
Por otro lado, el déficit de vitamina D puede suponer mayor riesgo de carcinoma renal. También se relaciona con mayores complicaciones en pacientes con VIH y puede producir mayor riesgo de afecciones de la piel en esclerosis sistémicas. Incluso se ha relacionado con el COVID-19: en la Universidad de Turín se han hecho estudios en los que se ha podido observar que pacientes geriátricos con COVID-19 tenían bajos niveles de vitamina D.
Ordena el sistema inmune
Y es que, tal y como señala Rocío Cardeñoso, presidenta del Colegio de Enfermería de Cantabria, «podemos considerar a la vitamina D como la ‘superjefa’ de nuestro sistema inmune porque hace que funcione ordenadamente y, por tanto, que sea más eficaz. Por ello, es indispensable en todas las enfermedades infecciosas de cualquier tipo, en enfermedades autoinmunes y en pacientes inmunodeprimidos».
Dado que la vitamina D necesita de la radiación ultravioleta del sol para su activación, lo primero que se recomienda desde la Organización Colegial de Enfermería es la exposición a la luz solar durante aproximadamente 20 minutos diarios y, si no es posible al aire libre, al menos, estar cerca de una ventana.
Para mantener unos «niveles adecuados podemos ingerir alimentos que sean ricos en vitamina D como pueden ser los huevos, los lácteos, el aguacate o el pescado azul, pero sin sobrepasar las cantidades recomendadas para no producir otros problemas para la salud, especialmente en personas con obesidad. También se pueden ser necesario tomar suplementos vitamínicos, pero siempre bajo prescripción sanitaria», subrayan los especialistas, que añaden que los mayores necesitan un mayor aporte diario.