Arturo San Román
@arturosanromanf
La Asociación Española de Fundaciones (AEF) e Indra han articulado el proyecto colaborativo más potente en la lucha contra la brecha digital educativa, agravada por el confinamiento ante la pandemia del Covid-19. Para paliar los efectos del cierre de los colegios en aquellos estudiantes sin acceso a recursos digitales, 28 fundaciones han distribuido 5.023 tabletas, donadas por la empresa Indra, entre niños y jóvenes que estaban viendo mermado su derecho a la educación. Además, Indra ha entregado a Cruz Roja otras 2.313 tabletas, con lo que el total de dispositivos donados asciende a 7.336.
Las 28 fundaciones participantes en este programa venían trabajando de forma presencial con los beneficiarios, tanto en actividades extraescolares como de forma más amplia ante situaciones de vulnerabilidad social. Muchos de estos beneficiarios no tenían ningún contacto con sus centros educativos desde el cierre por la pandemia. El conocimiento del terreno de las entidades participantes ha sido clave en toda la acción solidaria, pues permite que el proyecto se configure de abajo a arriba, de las necesidades en las familias a las fundaciones que pueden ayudarles, y le dota de una gran capilaridad.
A partir de las peticiones concretas de las fundaciones, -en las 17 comunidades autónomas, Ceuta y Melilla-, se han distribuido en la última semana los 5.023 aparatos donados por Indra. Tienen pantallas de siete pulgadas y se han repartido con la configuración necesaria para su utilización inmediata como herramienta educativa.
Esas tabletas son el nudo central de toda una cadena de solidaridad contra la brecha digital en la educación. Una cadena en la que también participan las tres principales operadoras de España, Orange, Telefónica y Vodafone, que han aportado al programa 3.000 tarjetas SIM para facilitar la conectividad a internet en aquellos hogares que carecen de ella. Además, tanto las Fundaciones de estas tres compañías como la Fundación Altran suman al programa sus ‘voluntarios digitales’, que asesoran, acompañan y monitorizan a los educadores sociales, familiares, y alumnos en el buen uso de los aparatos.
Con esta acción articulada por la AEF, las fundaciones llegan a donde casi nadie estaba llegando: los niños y adolescentes que, sin el vínculo presencial del colegio, corrían el riesgo de quedarse atrás. Es la iniciativa educativa más potente de la ‘cadena de solidaridad’ que puso en marcha la AEF el pasado marzo, con el objetivo de paliar los efectos de la crisis del Covid-19. Desde entonces, más de 120 fundaciones han activado centenares de iniciativas para ayudar a los colectivos más vulnerables ante los efectos, de todo tipo, de la emergencia sanitaria.