Los productos de inversión han sido tradicionalmente casi exclusivos de personas con conocimientos del sector financiero. Sin embargo, la tecnología y la digitalización han facilitado la democratización de las inversiones. Y es que servicios, como los roboadvisor o servicio de inversión automatizada, que digitalizando procesos complejos y gestión de inversiones sobre algoritmos, reservados hasta ahora a expertos, han posibilitado que usuarios con pocos conocimientos, tengan acceso a estas inversiones, antes solo al alcance de aquellas personas con el patrimonio suficiente como para recibir servicios de gestores profesionales. El avance de los roboadvisor es imparable y poco a poco van ganando presencia en el mercado.
Los nuevos servicios de inversión tecnológicos, como es el caso de los roboadvisor, han democratizado las inversiones, abriendo las puertas a personas con cualquier capacidad de ahorro (y no sólo con un patrimonio alto, como antes) y con nociones más básicas de los mercados financieros. De esta forma, cada vez más personas se interesan por otras alternativas de inversión, como los fondos de inversión, por lo que recurren a los roboadvisor para maximizar el resultado que se pueda obtener para cada nivel de riesgo. Hoy en día, cada roboadvisor tiene sus propias características, aunque se pueden distinguir entre los que son totalmente automatizados y los que, además, también cuentan con un comité de inversión formado por un equipo de expertos. En cualquier caso, los roboadvisor suelen disponer de varias carteras para los diferentes perfiles de riesgo.
Los roboadvisor han cambiado la manera de invertir o rentabilizar el dinero en todo el mundo, cambiando el dibujo tradicional de gestión financiera. Hoy en día, estos gestores digitales permiten que los clientes no necesiten un asesor financiero para rentabilizar sus ahorros, ya que únicamente tienen que acceder desde cualquier dispositivo móvil o página web y rellenar un cuestionario con unas breves preguntas para conocer la mejor estrategia adaptada a su perfil de riesgo. Una de las principales ventajas de algunos roboadvisor es que funcionan a partir de un análisis exhaustivo de datos en el que no entra en juego el factor emocional. De esta forma, son capaces de suplir las carencias tradicionales de los asesores de inversión clásicos, debido a que no se dejan contagiar de los momentos de miedo o euforia habituales del mercado financiero.
El bajo coste de los roboadvisor ha sido una de las claves del crecimiento que han experimentado estas plataformas en los últimos años. Al tratarse de un servicio digital y automatizado, el coste del servicio es muy razonable. Esto ha permitido a las entidades financieras ofrecer estos servicios a un público más amplio, favoreciendo la democratización de las inversiones. Una tendencia que no parará de crecer en los próximos años, ya que se ha convertido en el futuro de la gestión de carteras de inversión.