Este lunes reabren las peluquerías tras el cierre forzoso al que fueron obligadas dentro del estado de alarma el pasado 14 de marzo. Corte, tinte, mechas… lo cierto es que se espera una avalancha de clientes en los próximos días tras varias semanas de ausencia. Sin embargo, el protocolo que deberán seguir desde hoy tanto los profesionales como los clientes ha cambiado.
Las toallas deberán ser desechables y no habrá revistas ni periódicos a disposición del cliente. Tampoco será posible que un cliente espere a que terminen con el anterior para después ser atendido. Es decir, la cita previa debe garantizar la permanencia en el interior del establecimiento o local en un mismo momento de un único cliente por cada trabajador, sin que se puedan habilitar zonas de espera en el interior de los mismos.
Deberán acometer, al menos dos veces al día, una limpieza y desinfección de las instalaciones con especial atención a las superficies de contacto más frecuentes como pomos de puertas, mostradores, mamparas, muebles, pasamanos, máquinas dispensadoras, vestuarios, teléfonos, perchas, carros o grifos.
Una de ellas deberá ser, al menos, al finalizar el día y otra podría ser a mediodía y será también obligatorio el lavado y desinfección diaria de los uniformes y ropa de trabajo, o en su defecto de la ropa personal que vistan los empleados.
Los clientes no podrán utilizar los aseos, salvo en casos estrictamente necesarios y que obligará a su desinfección inmediata con especial atención de sanitarios, grifos y pomos de puerta. Y todos los establecimientos y locales deberán también disponer de papeleras, a ser posible con tapa y pedal, para arrojar pañuelos y cualquier otro material desechable.
La empresa tendrá que garantizar a los trabajadores equipos de protección individual adecuados al nivel de riesgo que asuman, siendo obligatorio el uso de mascarillas. Se deberá utilizar el equipo de protección individual oportuno que asegure la protección tanto del trabajador como del cliente.
Hasta fases posteriores no se permitirá el autoservicio ni contar con productos de prueba a disposición de los clientes.