El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, recriminó este miércoles al PP los recortes en la sanidad pública supuestamente realizados por el Gobierno de Mariano Rajoy en respuesta a las muertes de mayores por el coronavirus que le echó en cara el secretario general de PP, Teodoro García Egea.
García Egea preguntó a Iglesias en la sesión de control al Gobierno en el Congreso «qué funciones está desarrollando el vicepresidente segundo en la crisis del coronavirus». Pero antes de formular la cuestión aventuró que, si el PP estuviese gobernando, Iglesias no estaría en el Congreso preguntando, sino “rodeando nuestra sede de Génova, incendiando la calle, pidiendo la cabeza de nuestro presidente”; en definitiva, “haciendo lo que mejor sabe hacer: politiar el dolor”. En su opinión, al vicepresidente “se le da mejor organizar un confinamiento”.
En este sentido, recordó que en la epidemia de coronavirus han muerto 16.000 personas mayores, y que “el objetivo del mando único no era un sillón en el CNI”, como el que tendrá Iglesias en la comisión encargada de controlarlo; “era salvar vidas. Le pidió que no es escude en las comunidades autónomas, porque “hay una responsabilidad única por la que tiene que responder”.
Iglesias constató que su función es “coordinar las políticas sociales del Gobierno en un contexto donde la crisis económica y social derivada del coronavirus coloca a buena parte de nuestros compatriotas en una situación de vulnerabilidad”.
Admitió que lo que ha hecho “seguramente no sea suficiente” pero lo presentó como “el mayor escudo social” de la historia de España y se centró en el ingreso mínimo vital con el que se trabaja para mayo y que, apuntó, servirá para que autónomos y empresas “puedan seguir facturando, porque ese dinero del ingreso mínimo vital no va a las cuentas en Suiza, va directamente al consumo”.
Finalmente, Iglesias espetó a García Egea que, “pese al tono y la agresividad de su intervención”, su “responsabilidad es tenderle la mano”, porque tienen que acometer la crisis “como país,no como partidos”.
En su segundo turno, el secretario general del PP destacó entre lo mejor de la nación son la entrega de la Policía y la Guardia Civil, la solidaridad de las Fuerzas Armadas y la Corona y el compromiso de empresarios como Amancio Ortega, todas ellas figuras o instituciones que Podemos no valora. Y, como lo peor, mencionó a “los políticos que anteponen su ideología” y su “interés personal” a la solución de la crisis.
Ante lo que despreció como “inutilidad de su Vicepresidencia”, pidió a Iglesias que, “ya que no ayuda”, al menos “que no estorbe”. Elogió a los mayores como “la mejor generación” del país” y exigió al vicepresidenta que los proteja “y deje de adoctrinar a nuestros niños”. También desdeñó el “tono sereno y pausado” con el que le había tendido la mano Iglesias, porque según lo interpreta él es “el que pone cuando quiere ocultar lo que piensa” y “no se lo creen ya ni en Podemos”.
El vicepresidente recriminó a García Egea “con todo el aprecio” que “el principal partido de la oposición merece un contenido de intervenciones en el control al Gobierno algo mejor que el que ha expresado” el número dos del PP. Y contrarreplicó a sus reproches dejando caer que “podíamos hablar de las privatizaciones y de cómo ha quedado lo público” tras el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Acto seguido, le recriminó que entre sus agradecimientos a lo mejor de España no incluyera a los profesionales sanitarios, e insistió en que va a seguir “tendiéndole la mano” ofreciendo lo que Unidas Podemos viene presentando como consensos transpartidistas. “La gente que vota a su partido no quiere más recortes y quiere ver a un país defendiendo sus intereses en Europa”, le aseguró, para concluir con otro de los estribillos que lanza habitualmente Podemos al PP: “Aléjese usted de Vox y vuelva a la Constitución”.
(SERVIMEDIA)