El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, señaló este martes que “el planteamiento que estamos haciendo” es que se extienda el “carácter preferente” del teletrabajo hasta “al menos” llegar a la fase 3, la última del proceso de desescalada diseñado por el Ejecutivo.
Así lo puso de relieve Sánchez en la rueda de prensa ofrecida esta tarde para exponer el plan de desescalada aprobado por el Consejo de Ministros para pasar del confinamiento a la “nueva normalidad”.
La previsión del Gobierno es que, como muy tarde, a finales de junio ya se haya alcanzado la “nueva normalidad”. Subrayó que la “filosofía” de la desescalada sigue cuatro reglas: “gradualidad, asimetría, coordinación y adaptabilidad”.
Mientras, para el teletrabajo, cuyo “carácter preferente” se ha extendido dos meses, Sánchez señaló que “el planteamiento que estamos haciendo en el cronograma de fases” es que se alargue “hasta, al menos, llegar a la fase 3”. Inicialmente esa fase podría comenzar el 25 de mayo.
Entre las medidas de carácter laboral, Sánchez señaló que se está estudiando con los agentes sociales la extensión de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para determinados sectores tras el estado de alarma. El presidente del Gobierno confirmó que volverá a pedir una “prórroga del estado de alarma de 15 días” cuando el próximo 10 de mayo concluya la actual.
Con calendarios tentativo refirió que el proceso contempla con un horizonte de, “como mínimo seis semanas”, y confiado en que, como máximo, sean ocho, aunque insistió que el tránsito de una a otra fase o etapa se irá viendo “cada quince días” y, “en función de la evolución de la epidemia”, se irán planteando medidas distintas.
Al final se llegará a una “apertura total de la actividad económica, pero con unas condiciones lógicamente de distanciamiento social, de protección distintas a las que hemos tenido antes del estado de alarma” para evitar el contagio hasta que se obtenga un remedio terapéutico o una vacuna, indicó.
Al ser cuestionado sobre el impacto y los datos de paro reflejados por la Encuesta de Población Activa (EPA) reconoció que la economía española, como la europea, va a entrar en una “recesión de una extraordinaria proporción”.
Para encararla afirmó que necesitará de “un compromiso muy fuerte” por parte del conjunto de la Unión Europea (UE) y demandó la puesta en marcha, como ha propuesto España, de un fondo de recuperación económica dotado de 1,5 billones de euros. A su juicio, es algo que está “en consonancia y concordancia con la envergadura del desafío económico que tenemos por delante”.
En paralelo defendió la apelación a la reconstrucción social y económica que está pidiendo a comunidades autónomas, ayuntamientos, a los agentes sociales y a “singularmente” también a los partidos políticos.
Al ser preguntado por la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, se limitó a decir que se va a poner en marcha y se va a plantear “inmediatamente”, ante el riesgo de que “la pobreza puede aumentar” por esta crisis.
(SERVIMEDIA)