El actor y cómico firma este año el manifiesto madrileño del día Mundial del Circo, que se celebró el pasado 18 de abril. El sector circense invita a la ciudadanía a hacer suyo el espíritu del circo: «sentir que somos capaces de saltar en el vacío y que unidos volveremos, una vez más, a caer de pie».
Lleva varias décadas haciéndonos reír y por eso en estos momentos de incertidumbre, temor y dolor, Pepe Viyuela es alguien muy elocuente para analizar la actual pandemia.
«Un virus coronado de tragedia está poniendo a prueba este año nuestra capacidad de reacción y resistencia. A través de una pirueta no ensayada, nos hemos sentido estos días como acróbatas ante un salto mortal. Muchos no han conseguido alcanzar los brazos del portor. En su nombre debemos seguir trabajando por superar este duro ejercicio, con el fin de vencer a esta fiera que quiere acorralarnos», el actor y cómico.
Precisamente, Pepe Viyuela firma el manifiesto del Día Mundial del Circo que se celebró el pasado 18 de abril, una efeméride promovida por la Federation Mondiale du Cirque que se celebra tradicionalmente el tercer sábado de abril en todo el mundo, para reivindicar su papel en la cultura.
Cada año, MADPAC (Asociación de Profesionales, Artistas y Creadores de Circo de Madrid), en colaboración con UPAAC (Unión de Profesionales y Amigos de las Artes Circenses) y AM (Asociación de Malabaristas/Carampa), se adhiere a esta conmemoración con un manifiesto y la celebración de espectáculos, coloquios, talleres y otras actividades.
En esta ocasión, casi 20 actividades circenses que iban a formar parte de esta celebración en toda la Comunidad de Madrid, han sido suspendidas. Este 18 de abril, el manifiesto no se ha leído en carpas, teatros o plazas antes de las funciones, pero se ha puesto en valor «la inmensa calidad y variedad de este arte tan familiar y que, al mismo tiempo, vive una transformación y renovación tan desconocida en la actualidad».
«Sobrevivir todos juntos a la crisis»
«En estos tiempos tan inciertos, el circo deja a un lado sus históricas reivindicaciones de visibilización, de reclamar su propio espacio en el sector, de proteger su presencia en la vida cultural, social y educativa de nuestra Comunidad, de exigir su necesidad de reconocimiento como parte activa de la cultura, su singularidad como arte autónomo, múltiple y diverso y su consideración como tal por parte de las instituciones. Y las deja de lado para trabajar, hombro con hombro, con el resto del sector cultural, para conseguir, todos unidos, sobrevivir a esta crisis», aseguran desde el sector.