Un amante del vino transformó las escaleras de su casa en una bodega con capacidad para 156 botellas.
La genial obra es responsabilidad de Murray Berrill, un constructor australiano que ideó la solución para una familia de Bendigo, una ciudad situada a 150 kilómetros de Melbourne.
Murray, quien compartió las imágenes a través de la página de su empresa en Facebook, dijo que la obra le llevó no más de una semana, y es de los trabajos de los que se siente más orgulloso.