Una familia vecina de Alconétar (Cáceres) ha denunciado ante la Fiscalía y ante la Guardia Civil al Servicio Extremeño de Salud (SES) por negarse a salvar a su padre mayor de 75 años.
Faustino Gómez, de 89 años, se encontraba recuperándose de una intervención por un cateterismo para ponerle un stent. Al tener todavía algunas limitaciones y no poder atenderlo decidieron llevarlo a la residencia, pero como ya había mejorado estaba a punto de llevarselo a casa. Sin embargo, en ese momento se dio la orden de cerrar los centros de mayores para prevenir contagios.
Según el ‘Periodico de Extremadura’, el pasado 21 de marzo, sus allegados fueron informados por la directora del centro geriátrico de que Gómez tenía febrícula.
“Nos dijo que no sabía qué hacer, que estaba desbordada y que hiciéramos algo la familia”, cuenta Raquel, hija de la víctima. Raquel se puso en contacto con el 112 y con el centro de salud para que acudieran a atender a su padre, que por su estado fue trasladado junto con otros ancianos hasta la hospedería, un espacio hotelero habilitado para albergar contagiados por coronavirus pero en el que no trabajaban sanitarios.
Ante la insistencia de sus familiares, los responsables pusieron una enfermera al cuidado de Gómez hasta las 22:00 horas y un médico hasta las 20:00. Por la noche debía permanecer solo bajo la atención de los cuidadores.
Finalmente, el miércoles de la semana pasada Gómez fue trasladado al hospital San Pedro de Alcántara, de la capital cacereña, donde, a pesar de haberle diagnosticado una neumonía y una insuficiencia renal, su estado evolucionó positivamente hasta el viernes 27 de marzo.
Ese día fue reingresado en el Hospital Nuestra Señora de la Montaña de la misma ciudad. “Cuando llegó nos llamaron que estaba bien, que habían mantenido una conversación coherente con él, pero el sábado nos dicen que ha empeorado, que está muy malito y que ha entrado en coma. Me bloqueé porque no entendía nada. Les dije que le hicieran algo y me contestaron que allí no disponen de analíticas ni de radiografías. Les faltaba hasta medicación”, añadió la hija.
Ante la situación, la familia exigió que se le realizara una interconsulta en el hospital San Pedro de Alcántara, donde lo trasladaron de nuevo el pasado domingo por la noche, y donde fue atendido por un internista .“Les sugerí que a lo mejor necesitaba respiración asistida o entubarle y me respondieron que había que hablar con Intensivos. Estos me dijeron que era una aberración. ¡Pero si mi padre tiene capacidad pulmonar!”, continuó la hija con su relato.
Tras la negativa, su hermana lo intentó de nuevo. “Le dijeron que hay un protocolo que dice que con los mayores de 75 años no se procede a entubación ni tendrán respirador (…) a estos ancianos cuando dejan de respirar, el siguiente paso es la sedación”, denunció.
“Sé que los médicos son los primeros que están sufriendo esta situación pero no entiendo este protocolo cuando Extremadura no está como otras comunidades y hemos donado hasta respiradores. Creo que hay que individualizar los casos”, insistió.
Según el relato de la hija al citado medio, los especialistas no hicieron nada y decidieron a trasladar a Gómez al Virgen de la Montaña, otra vez.
El martes la familia recibió una llamada del centro médico en la que se les informaba que el estado de su padre había empeorado. “Nos han llamado para decirnos que su estado es extremadamente grave y que han puesto medidas para que esté mejor”, dijo Raquel. A las pocas horas “me dicen que está sedado pero nosotros no hemos dado consentimiento. Ellos dicen que sí”, cuenta abatida.
Ya no hay nada que hacer. «Es muy doloroso todo. Esto es como una guerra y en una guerra todo vale”, concluyó.