El Covid-19 nos está poniendo a prueba a todos como sociedad y nos demuestra que todos somos interdependientes y vulnerables. Claudia Tecglen, psicóloga y emprendedora social, nos habla sobre las diferentes realidades de las personas con discapacidad y sus familias durante este estado de alarma.
“Estamos ante una situación insólita que no hemos vivido nunca antes. La población general está sufriendo por una cuarentena donde una gran parte de ella tiene casas con todo tipo de comodidades. Entiendo el temor y la incertidumbre que genera esta situación, pero es un buen momento para mostrar que muchas personas con discapacidad y sus familias viven en un confinamiento sin fecha final”, comienza explicando Claudia Tecglen.
Claudia nació con tan solo 22 semanas de gestación. Los médicos pronosticaron que iba a vivir en un estado vegetativo permanente, pero se equivocaron. Gracias al acceso a los tratamientos adecuados, a su esfuerzo diario y el de su familia y al compromiso de los profesionales que le tratan, hoy es psicóloga y tiene claro su propósito vital: ayudar a otras personas con circunstancias similares a la suya.
“Tengo una vida independiente, pero con apoyos. Soy una afortunada y soy muy feliz, pero mi caso no es la norma. La realidad es muy diversa, y cada familia y persona con discapacidad vive esta situación de forma diferente Hay muchas familias que lo pasan realmente mal porque requieren de muchos apoyos que no tienen”.
Además, Claudia apoya e impulsa diversas iniciativas que buscan dar respuesta a las demandas que tanto las personas con discapacidad, sus familias y las asociaciones vienen exigiendo activamente, con el fin de poder desarrollar una vida plena, participativa e inclusiva.
Entre estas iniciativas cabe destacar la creación de la Asociación Convives con Espasticidad, cuya misión es promover la inclusión de las personas que conviven con espasticidad en todos los ámbitos de la vida, utilizando como herramienta fundamental las nuevas tecnologías y su fácil acceso e inmediatez. A través de ella también está ofreciendo información sobre la situación actual del Covid-19.
Por otro lado, junto con su equipo impulsó las primeras Escuelas de Afrontamiento Activo en Barcelona y Madrid. Tras la gran demanda recibida han puesto en marcha la Escuela Convives, la primera escuela online donde personas con diversas discapacidades y sus familias aprenderán estrategias para convivir mejor con su discapacidad.
Realidades ocultas
Claudia aclara que ante este nuevo virus y en este estado de alarma, no todas las personas con discapacidad son población de riesgo. “Tener una discapacidad no significa estar enfermo. Es decir, si no tenemos una patología asociada que pueda complicar la situación o estamos inmunodeprimidos, tenemos las mismas posibilidades que el resto de la población de contagiarnos por Covid-19 y posiblemente las consecuencias sean las mismas”.
“La discapacidad por sí misma no nos hace más vulnerables ante el virus. Pero sí que somos más vulnerables ante las consecuencias sociales y económicas del Covid-19. Muchos están faltos de apoyos o solos, no pueden recibir sus terapias habituales y que para muchos son esenciales. Los familiares están sobrecargados y tampoco están exentos de caer enfermos, necesitan protección”, continúa.
El CERMI – Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad- ya ha pedido medidas extraordinarias para proteger a estas personas y sus familias. Muchas de estas personas necesitan ayuda de terceros. Se requieren protocolos de actuación específicos que den una respuesta efectiva ante las necesidades tan diversas de este colectivo durante el confinamiento.
“La grandeza de una sociedad se mide por cómo trata a los colectivos más vulnerables”
“La discapacidad tiene un coste económico muy grande. Tener una vida digna con discapacidad requiere recursos económicos y si una persona con discapacidad o su familia ve mermados sus ingresos, las consecuencias pueden ser fatales. Lo que para unas personas puede ser un lujo, para nosotros puede ser vital”.
Claudia recalca que la independencia económica es vital para este colectivo y por eso deben explorarse nuevas vías de empleo, de teletrabajo y de ser productivos.
“Ahora mismo las empresas que menos están sufriendo las consecuencias económicas de este estado de alarma, son aquellas que pueden permitirse y están dispuestas a implementar el teletrabajo. Para muchas personas con discapacidad el teletrabajo es la única manera de inclusión laboral. La inclusión laboral te da la autonomía económica y te permite construir un futuro digno”.
“Las personas con discapacidad que trabajamos somos expertos en el teletrabajo. Es un buen momento para hacer una reflexión colectiva sobre aprovechar toda la potencialidad que tienen las nuevas tecnologías y la globalización para evitar la fuga de talento y crear plantillas más diversas. La productividad no está en el lugar de trabajo, está en la mente y el conocimiento del trabajador”, asegura.
Como psicóloga, Claudia da algunas pautas para que todos pongamos en práctica durante el aislamiento.
-Aunque tengamos que cambiar hábitos, tenemos que tener hábitos. Hay que mantenerse ocupado y activo.
-Hay que limitar la información que consumimos, consultar solo fuentes oficiales, y no obsesionarnos.
-No debemos anticiparnos negativamente a lo que puede pasar si todavía no ha pasado.
-Debemos informarnos de las ayudas existentes.
-Hay que hacer deporte en la medida de lo posible.
Para concluir, lanza esta reflexión a la sociedad, “tenemos que darnos cuenta de que no nos puede dar igual lo que le pase al vecino, porque nos puede suceder a nosotros. En la medida que construyamos una sociedad para todos tendremos un futuro mejor. La discapacidad, al igual que el virus, nos puede tocar a cualquiera”.