El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, anunció este martes por la noche que el Ejecutivo valenciano decidía “aplazar” la celebración de las Fallas, que tienen lugar principalmente en Valencia, y las fiestas de la Magdalena, de Castellón.
Las medidas que se han ido anunciando, tanto a nivel estatal como en algunos puntos de España para frenar la expansión del coronavirus, han calado en la decisión del Ejecutivo valenciano que adoptó esta postura durante la tarde noche de este martes, de manera coordinada con el Gobierno central.
Puig compareció ante los periodistas para trasladar que esta decisión, que ya había sido comunicada a los alcaldes de Valencia y Castellón, las dos principales ciudades afectadas, se tomaba por “responsabilidad y prudencia” ante el elevado número de personas que se concentran con motivo de estas celebraciones.
Durante su exposición, Puig recordó que se había suspendido el Carnaval de Venecia o el Mobile World Congress de Barcelona y apuntó que la decisión respondía a “criterios de científicos y expertos” porque “la prioridad es la salud de los valencianos, especialmente de los más vulnerables”.
El Gobierno valenciano, que lamentó la situación, “promete mantener su compromiso de seguir celebrando esta importante cita en Valencia en fechas próximas”.
Este miércoles, en una entrevista en RNE, el propio Puig estimó en 700 millones de euros las pérdidas que supondrá para la ciudad no poder desarrollar con normalidad las Fallas.
La Comunidad valenciana presenta en estos momentos 65 casos de personas contagiadas por el Covid-19; es la quinta autonomía por número de personas afectadas, por detrás de Madrid, País Vasco, La Rioja, Cataluña y Andalucía.