A diario estamos en contacto con numerosas cosas con más gérmenes que un inodoro y no tenemos en cuenta lo que esto supone para nuestra salud. Desde tocar el teclado de nuestra oficina, coger el teléfono o dormir placenteramente con nuestra almohada, tareas a simple vista inofensivas pero que pueden convertirse en un riesgo.
2Baños públicos
En este sentido, no nos sorprendemos. El baño puede ser un refugio de bacterias si no se desinfectan correctamente y se sigue un mantenimiento diario. La mayoría de los limpiadores del hogar eliminan estas bacterias, por lo que la solución es tan sencilla como lavarse bien las manos después de acudir a un servicio público. Por eso, aquí unos consejos a seguir cada vez que vas al baño fuera de casa: llevar siempre papel higiénico, buscar siempre el que esté más limpio, cubrirlo antes de sentarse, o mejor, no tocarlo. Además también es importante no dejar la cartera o el bolso en el suelo, lavarse bien las manos e intentar no tocar la puerta con las manos. Es bastante sencillo, así que tampoco hay que obsesionarse demasiado.