La aeronáutica sigue siendo un coto vedado para las mujeres que representan apenas el 3,5% del total de pilotos con licencia profesional en España y tan sólo el 1,5% en lo que respecta al pilotaje de helicópteros. No obstante, cada año más féminas logran romper el “techo de cristal” y, si bien aún tienen que enfrentarse a algunos prejuicios, cada día toman los mandos de sus aeronaves para demostrar su valía al resto de la profesión y de la sociedad en su conjunto.
Así lo explicaron, en declaraciones a Servimedia, la piloto de helicóptero e ingeniera técnica aeronáutica Laura Monclús y la piloto de dron y periodista de carrera Piedad Sancho, ambas formadas en European Flyers, la única escuela europea que ofrece las tres modalidades formativas de piloto profesional y que, con una experiencia acumulada de 30 años, mantiene un acuerdo de colaboración con Iberia Express.
Monclús (46 años) es piloto desde 2003, ya suma más de 1.000 horas de vuelo y confiesa que dejar su trabajo de ingeniera para irse “a ganar 800 euros” y perseguir su sueño de ser piloto profesional es “lo mejor” que pudo hacer.
“Yo siempre tuve admiración hacia la aeronáutica, pero ser piloto era muy caro y, como mis padres siempre han querido que estudiase, hice la carrera que más se parecía”. “Pero siempre me quedó la espina y, cuando tuve la titulación y me surgió la oportunidad, empecé a volar en ultraligero”. Ese fue el comienzo de una aventura que le sigue “apasionando” dado que, además, le permite “compaginar” sus dos aficiones con una “visión amplia”.
No esconde su “orgullo” de haber “conseguido” lo que siempre anheló, teniendo en cuenta que mujeres piloto profesional de helicóptero “no hay más de 40 en España”. “Estamos conectadas prácticamente todas, tenemos un chat de WhatsApp en el que compartimos nuestras experiencias”, cuenta, al tiempo que asegura que, “afortunadamente, la aviación va cambiando”.
“NUNCA SERÁS COMANDANTE”
Tras admitir que en el sector “al final, te encuentras un poco de todo”, afirmó que tiene “claro” que ha logrado su meta “gracias a hombres” que le “han ayudado”. “Pero también he tenido que demostrar más que, a lo mejor, algunos compañeros”, destacó para, a continuación, señalar que, “por supuesto, siempre está la anécdota del que te dice que nunca serás comandante”.
“Afortunadamente, no es lo que más abunda”, advirtió, al tiempo que precisó que, como piloto, se ha centrado en el ámbito de la extinción de incendios y del transporte sanitario, áreas en las que “hay muchas mujeres y son muy abiertas a hombres y mujeres”.
Ha sido piloto “apagafuegos en Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña o Galicia» y reconoce que lo que “más” le “está costando” es “compaginar” su vida laboral y familiar como madre soltera. Por esa razón, aunque mantiene la licencia, en la actualidad está “más dedicada” a su labor como técnico experto de operaciones de vuelo de helicóptero dentro de Senasa, que presta apoyo a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa) en operaciones de vuelo.
A estas alturas de su carrera afirma sentirse “muy cómoda” pero es consciente de que, en la empresa privada las mujeres “aún tienen que demostrar mucho para adquirir puestos de responsabilidad en compañías aéreas”.
MAYOR VISIBILIDAD
Entre los principales “retos” de la aviación española mencionó la necesidad de dar “visibilidad” a experiencias como la suya, pero también la de aquellas que le precedieron y “abrieron camino” en un sector que, a su entender, “goza de una vida sanísima y va a seguir creciendo, porque tiene un gran futuro laboral”. “Y la única manera de que el sector aeronáutico crezca es con la incorporación de la mujer”, abundó, para defender que su presencia en vuelo “debe normalizarse” y que para ello hay que apostar por la “conciliación, la continuidad y la estabilidad laboral”.
A las jóvenes promesas del pilotaje les instó a “perseguir su sueño y no ponerse barreras porque este es un mundo fantástico”. “Estoy enamorada del sector aeronáutico, por lo que les aconsejaría que, si también les gusta, luchen por conseguirlo”, sentenció.
Otra referente para las “que vienen” es Piedad Sancho quien, a sus 61 años, y tras quedarse en paro, dio un “giro” a su carrera y acaba de convertirse en piloto de dron después de recibir sus “alas” el pasado mes de diciembre, coincidiendo con la celebración de la festividad de la Virgen de Loreto, patrona de las fuerzas aéreas y la aeronáutica.
Fue la única mujer y la alumna “senior” de su promoción y todos sus compañeros varones le “animaban” a seguir creciendo en un ámbito que le ha “enganchado”. Tanto, que tardó un año más en sacarse la licencia porque decidió especializarse en todo el sistema de pilotaje remoto, incluyendo topografía, multiespectro y termografía hasta convertirse en piloto avanzado a pesar de “no haber nacido jugando a la Play y manejando un ordenador”.
Convencida de que volar un dron “no tiene edad ni sexo y es una posibilidad laboral más”, de momento, sólo ha realizado vuelos en prácticas, pero le “encantaría” especializarse en control de cultivos y tiene “en mente” un proyecto empresarial. Se convirtió en piloto de dron porque le “divertía y gustaba” pero pronto se dio “cuenta de que es mucho más importante y complicado de lo que la gente puede pensar”.
Las mujeres como Laura y Pilar son “las primeras de su promoción y acaban con un expediente sobresaliente”, según fuentes de la escuela, que ofrece a sus alumnos 180 horas de vuelo real más “muchas más” a través de simuladores y para ello cuenta con la mejor tecnología y tiene como única “competencia” a la de Jerez de la Frontera, donde se formaron los actuales comandantes de Iberia.
En European Flyers, las féminas ya representan un 15% del alumnado en la formación como piloto de avión y un 5% en el caso de la formación como piloto de helicóptero y dron, pero aún son sólo un 4% del total de pilotos que han salido de sus aulas y ya trabajan en los cinco continentes.
SERVIMEDIA