La Guardia Civil, en el marco de EUROPOL, ha llevado a cabo la operación HANNIBAL, desarrollada íntegramente en la provincia de Málaga y mediante la que se ha conseguido desarticular una organización criminal compuesta por ciudadanos de origen británico, lituano y ucraniano, dedicada a la fabricación y comercialización ilícita de tabaco, así como al tráfico de estupefacientes.
En la operación, llevada a cabo por el Grupo de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, se ha contado con la colaboración de los cuerpos y fuerzas de seguridad británicos, con el fichero AP SMOKE de EUROPOL, así como con otros cuerpos policiales extranjeros.
Han sido detenidas 20 personas y realizados 13 registros domiciliarios y de varias naves industriales, que han permitido la intervención de 153.000 cajetillas de tabaco listas para su venta, 17.600 kilogramos de picadura de tabaco, 20 kilogramos de hachís y 144 kg de marihuana, así como el desmantelamiento de una plantación «indoor» de este mismo estupefaciente.
La organización criminal, estaba formada principalmente por ciudadanos británicos, siendo uno de los dirigentes D.D., de 30 años, el cual estaba huido de las autoridades inglesas al no regresar a prisión tras un permiso penitenciario. Otro de los detenidos, A.R. de nacionalidad lituana, también figuraba como huido de la justicia por las autoridades de su país por delitos relacionados con el contrabando.
Más de 3.500 cigarrillos a la hora
Pese a las enormes medidas de seguridad adoptadas por los miembros de este grupo delictivo para impedir cualquier acción policial, las mismas no han impedido la localización por parte de los investigadores de lo más novedoso de esta operación, que ha sido sin duda el descubrimiento y desmantelamiento de una fábrica clandestina de tabaco que se encontraba bajo tierra, la primera fábrica clandestina de tabaco “underground” localizada en Europa, con capacidad para producir 3.500 cigarrillos a la hora.
Para imposibilitar la identificación de dicha fábrica, oculta en una cuadra de caballos, la organización criminal utilizaba maquinaria pesada que, empujando un contenedor marítimo de gran tonelaje, dejaba al descubierto el acceso a dichas instalaciones clandestinas. No fue hasta la noche del día de la actuación policial, cuando tras empujar dicho contenedor unos metros, se descubrió bajo el mismo la entrada a una fábrica subterránea, ubicada a 4 metros bajo el suelo, que hasta ese momento se encontraba oculta y a la que se accedía a través de un montacargas y de unas escaleras.
6 trabajadores abandonados en su interior
Una vez en el interior del habitáculo reseñado, se encontraron 6 trabajadores de nacionalidad ucraniana que convivían en condiciones insalubres y cuyo contacto con el exterior era nulo, encontrándose totalmente encerrados y abandonados a su suerte, debido a la detención policial del resto de miembros de la organización criminal a primera hora de la mañana, los cuales no comunicaron a los agentes ninguna de estas circunstancias en torno a estos trabajadores.
La sostenibilidad de estas instalaciones subterráneas, dependía de un generador eléctrico de grandes dimensiones, a través del cual se generaba un circuito de aire en el interior de las mismas. El generador, alimentado por gasoil que había que reponer a diario, se apagó durante el día de las actuaciones policiales, lo que produjo que el aire dejara de funcionar en las instalaciones, haciendo las condiciones en el interior de la fábrica peligrosas para la vida de los trabajadores allí presentes. Estos, al percatarse de la falta de aire, se dirigieron a la salida del «bunker», que se encontraba bloqueada desde el exterior, momento en que comenzaron a gritar y a golpear el contenedor que bloqueaba la salida, sin que los agentes allí presentes en la superficie pudieran escuchar estas señales de socorro, dado que la instalación se había construido de manera insonorizada para evitar que el ruido de las máquinas operando saliera al exterior.
Gracias al tesón de los agentes, finalmente se localizó el acceso a la fábrica clandestina y una vez dentro, vieron con sorpresa a los 6 trabajadores con dificultades para respirar en un ambiente totalmente insalubre, procediendo de inmediato a la liberación y rescate de todos ellos.
En relación con este hecho cabe destacar que, a pesar de que los miembros de la organización criminal detenidos sabían de la dificultad de hallar la fábrica subterránea y de que en su interior se encontraban 6 trabajadores, no lo manifestaron en ningún momento a los agentes encargados de la investigación, circunstancia que se agrava teniendo en cuenta que la desconexión del generador o su paralización por falta de combustible, podía derivar en la muerte de los mismos.
Si la fuerza actuante no hubiera localizado la fábrica clandestina a tiempo, la falta de oxigeno habría hecho que las condiciones de las instalaciones subterráneas fueran incompatibles para la vida de los trabajadores que allí se hallaban en poco tiempo.
La fase de explotación de esta operación ha sido llevada a cabo por el Grupo de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, unidad responsable de las investigaciones, con el apoyo de varias Unidades de la Comandancia de Málaga como la Unidad Orgánica de Policía Judicial, el Seprona y Seguridad Ciudadana, así como el Grupo de Acción Rápida, el Grupo de Reserva y de Seguridad, el Servicio Cinológico y el Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil, todo ello coordinado por el Juzgado de Instrucción número 1 de los de Coín, el cual ha decretado prisión para 12 de los detenidos.