Un grupo de expertos ajedrecistas ciegos o con discapacidad visual grave asistirán a un curso de excelencia y perfeccionamiento impartido por el gran maestro ruso Valery Salov, considerado tercer jugador del mundo a mediados de los 90 (sólo superado por los legendarios Karpov y Kasparov).
Los afortunados miembros del equipo de ajedrez de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC), son Eduardo Méndez, Pedro José Rubio, Enrique López, Albert Olivera, Gavril Draghici y José Manuel Vela. El curso tendrá lugar en El Escorial del 23 al 27 de febrero.
En las clases se analizará la carrera ajedrecística del maestro de ajedrez Mijaíl Botvinnik, uno de los más importantes jugadores del siglo XX (campeón del mundo en varias ocasiones entre los años 1948 y 1963, representando a la extinta Unión Soviética).
Gracias a ello, los ajedrecistas ciegos podrán mejorar su nivel de juego con el aprendizaje de nuevas técnicas, a través de la interpretación del ajedrez de esta auténtica figura mundial. Las sesiones matutinas se dedicarán al estudio monográfico del estilo de Botvinnik, mientras que las tardes se repartirán entre el estudio y resolución de problemas y el análisis de algunas partidas de actualidad.
Salov obtuvo el título de Maestro Internacional en 1984, y el de Gran Maestro en 1986. Fue campeón del mundo sub 16 en 1980 y campeón europeo Junior en 1983 y 1984.
DEPORTE INTEGRADOR
El ajedrez es un deporte de larga tradición entre las personas con discapacidad visual, por su facilidad para ser practicado de forma integrada en las competiciones con personas videntes.
Para la práctica del ajedrez, los ciegos necesitan sólo algunas adaptaciones en el material de juego. Por ejemplo, el tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos para hacerlos diferentes al tacto.
Además, las piezas negras llevan una protuberancia en su parte superior que las distingue de las blancas. Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro, en el que se insertan las piezas a través de un pequeño vástago que éstas tienen en su parte inferior. Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas.
Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros, ya que cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.
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