Skellboy es otra de esas aventuras con estética 2D y divertida pero con un control bastante tosco. De este indie, ideal para Nintendo Switch se ha encargado Umaiki Games, un pequeño estudio con sede en Alemania y que ya tiene experiencia en los nindies para la híbrida de Nintendo. Una divertida experiencia pero con algunas carencias que le restan algunos puntos al final.
Nuestro protagonista es Skippy, un esqueleto resucitado de su tumba cuya misión es la de ayudar al pueblo de Cubold Kingdom a defenderse de unas horribles criaturas enviadas por un mago que ha sido rechazado por la princesa del reino. Deberemos detener al nigromante y rescatar a la pobre chica que ha desaparecido en extrañas circunstancias.
La idea más original con la que cuenta Skellboy es la de ir intercambiando partes del cuerpo de nuestro esqueleto con las que van dejando los enemigos adquiriendo así sus poderes. De tal manera que lucharemos contra zombies que muerden, plantas que lanzan bolas de fuego y otros enemigos de los cuales, al colocarnos su cabeza, su cuerpo o sus patitas, iremos adquiriendo diversas habilidades. Deberemos ir conociendo qué hace cada uno para saber cuál es la parte que buscamos, ya que si no nos gustan los ataque a corta distancia, la cabeza del zombie que muerde no nos servirá de mucho, sin embargo los ataques de la planta si.
A medida que vamos avanzando vamos mejorando las estadísticas de nuestro personaje, vamos adquiriendo más vida y vamos siendo más poderosos con o que será más fácil ir avanzando. Recordemos que es un juego con un objetivo claro de ser para jóvenes con lo que el reto no es demasiado difícil, es una aventura a la antigua usanza en la que se trata de avanzar a espadazos sin pensar en mucho más. Resolveremos algún puzzle, pasaremos por zonas más o menos complicadas y lucharemos contra jefes finales, quizás el punto más fuerte de Skellboy.
El control es bastante tosco y desacertado, no va demasiado bien y a veces nos las veremos y desearemos para golpear bien con la espada y eso hará que los enemigos nos toquen y nos resten un cuadrito de vida, que repondremos rápidamente sí, pero si nos vemos inmersos en una batalla con varios enemigos a la vez, tendremos que tener cuidado de no morir y reaparecer en un punto de control anterior, puntos de control, por cierto, que son tumbas, bastante original.
Gráficamente Skellboy tiene un estilo retro en dos dimensiones que se está poniendo muy de moda entre los últimos juegos indie que están apareciendo. Es un estilo desenfadado y divertido que realmente entra por los ojos. Los diseños de los personajes son buenos así como los escenarios bien diseñados, aunque pasilleros, pero con todo lujo de detalles. El juego va fluido aunque a veces hay caídas de frames que no benefician en nada la jugabilidad y es probable que puedan alcanzarnos y quitarnos vida en uno de estos momentos. Algo injusto y que debe ser corregido con un parche.
La parte sonora está discreta sin restar pero tampoco es destacable. Una melodía que al cabo del tiempo puede ser repetitiva. Además hay que advertir de que el juego está en inglés, algo que no afecta demasiado porque no hay mucho que leer, pero que si hay alguno que quiera enterarse bien de la historia, deberá manejar el idioma.
Skellboy es uno de estos juegos de aventuras que puedes comprar perfectamente para tus hijos porque se van a divertir y a pasar un rato ameno. Quizás no es el que te comprarías para un verano lleno de aventuras, porque realmente el juego no da para tanto, pero para despejarte, pasarte unas horas entretenido y sin gastar mucho dinero, si que es recomendable.