El Servicio de Intervención de Down Madrid atiende a personas a partir de los 6 años a través de programas de estimulación cognitiva, logopedia, terapia psicológica y talleres de vida autónoma, entre otros.
Más allá de la inserción laboral o de la inclusión real en su día a día, la atención directa de las personas con discapacidad intelectual cobra especial relevancia en entidades como la Fundación Síndrome de Down de Madrid (Down Madrid).
A partir de los 6 años, sus usuarios entran los itinerarios del Servicio de Intervención, unos programas de estimulación cognitiva, logopedia y terapia psicológica, entre otros, cuyo objetivo es potenciar la autonomía de estas personas y mejorar su calidad de vida.
En concreto, se trata de un servicio transversal que se empieza a llevar a cabo cuando los niños con discapacidad intelectual salen del Centro de Atención Temprana (CAT). Lo primero que hacen los profesionales con los que cuenta esta iniciativa es realizar una valoración inicial para conocer mejor las necesidades de apoyo que necesita cada persona y así decidir qué programas son más convenientes y cómo llevarlos a cabo. En el curso pasado, este servicio atendió a un total de 170 personas.
Entre las iniciativas que se proponen en este servicio se encuentra la estimulación cognitiva, fundamental para mejorar el funcionamiento de capacidades cognitivas como la memoria, la atención o la percepción, entre otras; o la logopedia, dirigida a personas con dificultades de comunicación cuyos trastornos del habla y del lenguaje pueden afectar a la manera en la que los niños hablan, entienden, analizan y procesan la información.
Según esta Fundación, la estimulación cognitiva ralentiza y previene el deterioro cognitivo de las personas con síndrome de Down. De hecho, su esperanza de vida ha aumentado considerablemente en los últimos años, situándose en torno a los 60 años.
Dificultades de aprendizaje
También se realiza apoyo psicológico y habilidades académicas funcionales, orientado a personas con dificultades de aprendizaje. El objetivo es favorecer la adquisición de conocimientos básicos, como la lectura, la escritura y el razonamiento lógico matemático, así como de distintas habilidades cognitivas y autonomía personal. Además, se llevan a cabo sesiones de terapia psicológica para fomentar el bienestar emocional y potenciar las fortalezas personales.
Por otro lado, se desarrollan talleres de vida autónoma para promover la toma de decisiones, la autonomía personal y la adquisición de las competencias necesarias para desenvolverse en el día a día. Para conseguirlo aprenden y desempeñan habilidades cotidianas como compra y cocina, habilidades domésticas, finanzas personales y autoprotección en redes sociales.
Finalmente, dentro de este servicio se encuentra Autogestores, unos grupos de personas con discapacidad intelectual mayores de edad que se reúnen para trabajar sobre la autogestión y la sensibilización social sobre las personas de este colectivo y reivindicar sus derechos y deberes como ciudadanos. Durante el curso pasado llevaron a cabo diferentes acciones de sensibilización entre las que destacan las sesiones monográficas sobre el derecho al voto, las elecciones y la toma de decisiones.
El caso de Lucía
Los familiares Lucía, una de las niñas que ha participado en este servicio, explican los profesionales de este programa “se ocupan y preocupan de Lucía con muchísimo cariño y dedicación. Sacan tiempo para contarnos lo que trabajan con ella, cómo lo hacen y además están en contacto con el colegio para asesorarles y conseguir que todos rememos en la misma dirección, y siempre lo hacen con una sonrisa”.