“Es fundamental educar a los padres y al niño en las características de su enfermedad y enseñarles a autocontrolarla en el día a día”, recalca sobre esta patología el doctor Julio Maset, médico de Cinfa.
La diabetes es una enfermedad que no tiene edad: su variante tipo 1 es la tercera patología crónica más común en la infancia, y en nuestro país, afecta a unos 30.000 niños menores de 15 años, según datos de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE).
Así mismo, como alerta el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, “la incidencia de la diabetes tipo 2 entre los niños -muy ligada a obesidad y sobrepeso- ha crecido de forma alarmante en los últimos tiempos”. En la actualidad, se diagnostican 1.200 nuevos casos de diabetes infantil cada año, según datos oficiales.
En la diabetes tipo 1, el páncreas no es capaz de producir insulina, una hormona que regula cómo nuestro organismo aprovecha el azúcar que contienen los alimentos, y cuánta cantidad de ese azúcar (glucosa) hay en la sangre. Al dejar de producir insulina, la glucosa en sangre (glucemia) aumenta (hiperglucemia), mientras que un exceso de insulina puede producir una bajada de azúcar (hipoglucemia).
“Ambas situaciones pueden ser graves –explica el doctor Maset-, por lo que resulta clave que el niño y su familia y cuidadores, a través de una estrecha relación con el médico, sean capaces de manejar correctamente el uso de la insulina y controlar que la glucemia se sitúe en valores normales. Dado que hay que administrar la insulina de forma artificial, la diabetes tipo 1 se denomina insulinodependiente, pero se puede tener una gran calidad de vida pese a esta circunstancia”.
Señales en la infancia y la pubertad
Los padres deben estar atentos a posibles señales de diabetes en sus hijos sobre todo entre los cinco y los diez años de edad y durante la pubertad, cuando la enfermedad suele ser más común entre la población infantil. “Si observamos que el niño orina con mucha frecuencia, incluso mojando la cama por la noche; si bebe mucho y tiene sed excesiva; si vemos que pierde mucho peso en un plazo de 6 a 8 semanas aunque tenga hambre todo el tiempo y coma incluso más de lo habitual, debemos ponernos en alerta y consultar inmediatamente a nuestro médico”, destaca este experto de Cinfa, una empresa que lleva más de medio siglo de compromiso social.
En la actualidad, aún no podemos hacer que el páncreas vuelva a producir insulina, pero los avances en el control de la glucosa y la administración de insulinas permiten un muy buen control de la diabetes. Para ello, deben tenerse en cuenta tres pilares: un tratamiento basado en la administración diaria de insulina, mediante jeringas o bombas; alimentación y deporte; y una correcta educación diabetológica para toda la familia.
Educación sobre la diabetes
Como detalla el doctor Maset, “la administración de insulina, adecuada a cada caso, permite al niño diabético llevar una vida prácticamente normal, por lo que para disfrutar de una buena calidad de vida solo necesita regular algunos aspectos indispensables, como la dieta y el ejercicio físico. También es muy importante educar al niño y a su entorno en las características de su enfermedad y enseñarle a autocontrolarla en el día a día”.
En este sentido, el doctor Julio Maset ha propuesto diez claves y recomendaciones dirigidas a los padres y niños con diabetes.