El exmayor de los Mossos d´Esquadra Josep Lluis Trapero se presentó este lunes en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra la cúpula del cuerpo autonómico como una víctima de los sectores independentistas más radicales del Govern que “desconfiaban” de él e incluso desveló que hubo presiones para que le cesaran.
A preguntas de la Fiscalía, Trapero explicó que la deriva independentista en el Gobierno catalán motivó la dimisión del entonces conseller de Interior, Jordi Jané, que “no quería tener cargas de ningún tipo», si actuaba la Justicia en caso de que se proclamase la independencia.
En cualquier caso, aseguró que, tanto a Jané como a su sucesor en el cargo, Joaquím Forn, condenado en el Supremo por rebelión, les dejó “claro” el “lugar” en el que iba a estar el cuerpo ante la deriva independentista de la Generalitat: «Los Mossos d´Esquadra estarán con lo que digan los jueces».
Aseguró que en el curso de los años 2016 y 2017 llegó a sentirse “incómodo” con decisiones del Govern e insistió en que había “mucha desconfianza» en sectores políticos independentistas respecto a su nombramiento como mayor de los Mossos. Además, explicó que en varias ocasiones advirtió a Jané y Forn sobre las posibles consecuencias de lo que estaban aprobando.
También señaló que alguna vez le plantearon qué haría ante una «doble legalidad» en el caso de que saliera adelante el referéndum, ante lo que Trapero descartó la posibilidad de que hubiera dos legalildades e insistió en que «estaremos al lado de lo que diga el juez».
En otro momento de su declaración, el mayor de los Mossos justificó la protección de la policía catalana a Carme Forcadell, porque «seguía siendo la presidenta del Parlament, aunque tuviera una querella por desobediencia». Igualmente defendió la protección policial a Jové porque podía tener un riesgo personal, pese a estar imputado y justificó que en Cataluña se le ha dado protección hasta a violadores, en caso de riesgo para su seguridad.
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