El que fuera mayor de los Mossos d´Esquadra durante el otoño de 2017, Josep Lluis Trapero, aseguró este lunes en el juicio, en el que se enfrenta a una petición de 11 años de cárcel por un delito de rebelión, que “no tenía relación estrecha” con el presidente de la Generalitat del momento, Carles Puigdemont.
El fiscal Miguel Ángel Carballo comenzó su interrogatorio intentando demostrar que el ascenso a mayor de Trapero pudo haber estado relacionado con el proyecto independentista del Gobierno de la Generalitat.
Trapero relató su trayectoria profesional y explicó que asumió la jefatura de los Mossos con categoría de comisario desde 2014. Ya en abril de 2017, pocos meses antes de la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre, fue ascendido a mayor por propuesta del director de los Mossos, Alberto Batlle.
“En 10 años no se había convocado la plaza de mayor. El director Albert Batlle creía que hay que dignificar la función del `comisario en cap´ después del despliegue (de los Mossos en todo el territorio catalán). Era una manera de darle autoridad al jefe del cuerpo que hasta entonces no tenía. La propuesta era de enero de 2016 aunque estuvo parada más de un año”, explicó el acusado.
El fiscal trató de vincular ese ascenso con un compromiso explícito de Trapero con el Gobierno de Puigdemont. Trapero fue tajante. Aseguró que Puigdemont no sabía que había sido propuesto su ascenso, “era una propuesta del Batlle, que luego le comunicó al conseller de Interior (Jordi Jané)”.
Preguntado por si tenía una relación estrecha con el presidente de la Generalitat, el exmayor afirmó: «No tenía ningún tipo de relación estrecha con Puigdemont», tratando de alejar sospechas sobre los motivos de su ascenso.
SERVIMEDIA