En el marco de sus compromisos de banca responsable, el Banco Santander tiene como objetivo la inclusión financiera de 10 millones de personas de aquí a 2025. Su hoja de ruta prevé mejorar el acceso a los servicios básicos y apoyar a familias con rentas bajas y colectivos vulnerables, principalmente en Brasil, Argentina, México, Chile y Uruguay.
En este sentido, la entidad ha financiado el Informe Finanzas Digitales 2.0, una revisión clara de la actividad económica en América Latina, que concluye que una nueva ola de innovación digital dará acceso a 200 millones de personas a servicios financieros de bajo costo en la región, trayendo beneficios económicos y sociales relevantes.
El Santander ha entendido que la clave del progreso está en la innovación en tecnología financiera, pues abre la oportunidad de sumar a millones de personas que están excluidas del sistema financiero tradicional. El informe señala que la innovación en banca digital podría liberar como mínimo 49.000 millones de dólares en nuevos préstamos y otros servicios financieros para aquellas personas que no tienen acceso a los bancos tradicionales en la zona.
Un ejemplo claro de que la tecnología desempeña un papel relevante en el empoderamiento de este grupo de personas no bancarizadas es ‘Superdigital’, una plataforma móvil para hacer depósitos, retiradas de efectivo y pagos que no requiere que los usuarios tengan una cuenta bancaria.
Esta plataforma fue desarrollada con tecnología propia de Santander y se diseñó como una aplicación mobile-first. Se ha convertido en el principal canal de servicios financieros para muchos latinoamericanos. Actualmente está operativa en Brasil, México y Chile, y cuenta con más de 500.000 clientes en la región.
Microfinanciación, la llave de la inclusión financiera
Para lograr los ambiciosos objetivos de inclusión financiera, Banco Santander ha visto la microfinanciación como una de las formas más fiables y con más éxito para incorporar al sistema a quienes no tienen acceso a servicios bancarios.
Según Banco Santander, el crecimiento de estos pequeños préstamos a través de plataformas digitales se traduce en una mayor prosperidad para los negocios comunitarios, así como para las personas que trabajan en ellos.
El informe indica que este es un sector en expansión con un valor global de casi 114.000 millones de dólares y ha conseguido un éxito notable en Latinoamérica, que representa casi la mitad del total de la cartera de crédito. En el primer trimestre de 2019, Santander dio acceso a servicios financieros a 700.000 personas, de las cuales casi la mitad se beneficiaron de préstamos de microfinanciación.
Según Federico Gómez Sánchez, responsable de Sostenibilidad de Grupo Santander, “la entidad está trabajando hacia un modelo más digital porque podemos llegar a más personas y ofrecerles mejores servicios, mediante un acceso más sencillo y menores costes operativos”.
Uno de los principales programas del Santander se desarrolla en Brasil. Desde 2002, ‘Prospera’ ha proporcionado préstamos de 130 a 16.000 dólares para contribuir al crecimiento de las pequeñas empresas. El 65% de los créditos han sido otorgados a mujeres. Según la entidad, alrededor del 70% de los ingresos generados por las empresas que reciben ayuda circula en comunidades locales. Hoy en día, Prospera tiene aproximadamente 430.000 clientes activos y 250 millones de dólares activos en su cartera.
A su vez, en México, Banco Santander cuenta con Tuiio, un programa puesto en marcha en 2017, que ofrece un abanico de productos interconectados, desde microcréditos hasta microseguros, pagos y otros servicios. Cuenta con el apoyo de sus propias sucursales, agentes, cajeros automáticos, terminales de punto de venta y banca electrónica.
La iniciativa, que incluye un programa de formación y educación financiera a sus clientes, ya ha alcanzado a 100 mil mujeres y hombres que no eran atendidos por la banca tradicional, por medio de una cuenta digital y préstamos. Para la mitad de los clientes de Tuiio, ésta es su primera cuenta de ahorro.
Finalmente, en Argentina, el Santander lleva ofreciendo microcréditos a los clientes de sus sucursales de inclusión financiera desde 2015 en regiones desfavorecidas. A los microemprendedores se les conceden préstamos siempre que tengan experiencia previa con los microcréditos y un proyecto sólido. Además, un requisito es que estén respaldados por figuras bien valoradas en la comunidad local.