Nada, corre y pedalea. A pesar de ser uno de los deportes más exigentes, Raúl Zambrana se enamoró del triatlón al ver algunos vídeos de este deporte en internet. Tras un accidente de moto no se conformó con practicar una disciplina que le ayudase en su rehabilitación, sino que decidió entrenar duro para convertirse en uno de los paratriatletas con mayor proyección. Y lo ha conseguido. Vidas Insuperables les cuenta la historia de este deportista de élite.
El paratriatlón aúna el ciclismo, la natación y la carrera a pie en una única competición. Raúl Zambrana, pionero de este deporte en Málaga, entrena cada día estas tres disciplinas para obtener buenos resultados en cada una de ellas.
Un accidente de moto en 2007 le cambió la vida, pero no le hizo perder ni su pasión por las motos, ni su pasión por la vida. Con la pierna izquierda amputada bajo la rodilla y 2 nervios del hombro derecho seccionados, decidió comenzar a practicar uno de los deportes más exigentes.
Empezó en el deporte a modo de rehabilitación tras su accidente de tráfico. Sin embargo, con el paso del tiempo, fue mejorando y entrenando más cada día. Se encontraba cada vez más fuerte, así que decidió empezar a competir, primero a nivel local en el triatlón de Málaga. Después dio el salto a la competición en Andalucía y siguió avanzando a nivel nacional, hasta que sus resultados le llevaron al ámbito internacional.
“Me di cuenta de que podía estar en el triatlón paralímpico compitiendo a nivel nacional e internacional, y aquí seguimos casi 11 años después. Con una trayectoria deportiva muy grande y un montón de títulos”.
Dedica su día al entrenamiento de cada una de las tres disciplinas que engloba este deporte, y además, acude a diferentes colegios e institutos para ofrecer charlas de superación y motivación a los niños. “Doy estas charlas para que los niños vean que las cosas se pueden conseguir con esfuerzo y mucho sacrificio. Todos pueden conseguir lo que se propongan siempre y cuando trabajen duro para ello”.
Su palmarés, la recompensa a todo el esfuerzo
Todo su esfuerzo tiene su recompensa, y Raúl cuenta con un gran palmarés que confirma todo el tiempo e ilusión que pone en cada entrenamiento. Su última victoria fue en el Campeonato Europeo disputado en Transilvania, Rumanía, donde consiguió dos oros y una plata y donde además, demostró su nivel después de superar las altas temperaturas que llegaron a alcanzar los 40 grados durante la prueba.
“Volví muy contento porque me estuve preparando durante un montón de meses y los resultados han sido muy buenos. Nos hemos traído dos oros y una plata. Las pruebas se hicieron bastante duras porque hubo una ola de calor que nos lo puso complicado. Las condiciones atmosféricas fueron bastante extremas. Fue duro pero al final sales para adelante”.
Además de todas las recompensas que ha obtenido en forma de trofeo a lo largo de su trayectoria, ha conseguido otros reconocimientos muy importantes. “Vivo en Málaga capital, pero me crie en el pueblecito de Alameda, y mis paisanos de allí me apoyan mucho, están siempre conmigo. Allí se hizo un pabellón con mi nombre y hay un museo donde están mis primeros trofeos y mis primeros títulos”.
Actualmente está entrenando para preparar el Campeonato de España, que se disputará en La Coruña el próximo domingo 29 de septiembre.
Apasionado de las motos
Raúl siempre ha sido un apasionado de las motos, y su accidente no hizo que dejara de serlo. Esto le llevó incluso a conocer a Ángel Nieto. “Conocí a Ángel Nieto en el Circuito de Jerez. Nos invitó a mi familia y a mí a pasar unos días en El Palo junto a los pilotos. Los recuerdos que tengo de Ángel son maravillosos. Cuando le expliqué el deporte que practicaba y lo que hacía, me dijo que nunca lo dejara y que, aunque no llegase a ser profesional, siguiese con ello porque la labor que estaba haciendo era muy importante para el pueblo. Fue muy motivador”.
Tras la reciente creación de la Fundación Ángel Nieto, el malagueño se puso en contacto con ellos y llegaron a un acuerdo de colaboración. “Ambos queremos trabajar en la misma línea, que es la de ayudar a las personas a través de la motivación, de ser una imagen y un referente para ellos”.
“Cuando tienes un accidente de tráfico y te quedan secuelas de por vida, no ves la luz. Lo ves todo muy complicado, muy difícil, pero al final se consigue. Tienes que buscar una motivación y luchar cada día para mejorar en aquello que te gusta. La receta que yo doy a todo el mundo es el deporte, porque lo es todo, es salud y es felicidad”, concluye.