La Fiscalía Provincial de Madrid solicita 31 años de prisión para Said Khatib por el asesinato de su esposa, E.G.O., con quien estuvo casado once años antes de que la víctima decidirá romper la relación que les unía “marchándose del domicilio familiar como consecuencia del clima de agresividad y violencia al que se vio sometida”, que le llevó a presentar un total de seis denuncias.
El representante del ministerio público le imputa los delitos de asesinato, maltrato habitual, amenazas y hostigamiento. El juicio comenzará el miércoles 4 de diciembre.
La mujer, que falleció asesinada a los 27 años, tenía dos hijos de tres y ocho años a cuyo cargo se ha quedado su abuela materna que se ha visto obligada a trasladar desde Marruecos su residencia a España. La Fiscalía pone de manifiesto, además, que el hijo de ocho años sufre una sintomatología de tipo ansioso depresiva “con prevalencia en la actualidad de sintomatología depresiva y más de tipo ansiosa en periodos anteriores”.
El escrito de acusación recoge con detalle cómo fue la relación sentimental de convivencia que mantuvieron víctima y acusado durante la cual, y “en presencia de los hijos de ambos menores de edad”, Said la golpeaba y empujaba “continuamente” o la insultaba y amedrentaba. También controlaba todo lo que hacía, a dónde iba o si estaba conectada a la aplicación Whatsapp siempre “con ánimo de perturbar la paz y armonía familiar y de someterla a su control y presencia”
A finales de 2016 la mujer reiteró al acusado su voluntad de romper la relación debido al clima de control y las continuas agresiones verbales y físicas a las que se veía sometida, sin embargo, la respuesta fue siempre la misma, esto es, amedrentarla, insultarla y humillarla “aludiendo a que estaba con cualquiera, incluso delante de los menores”, añade la acusación.
Continúa resenñando que en febrero de 2017 la víctima se mudó a otro domicilio de Madrid pero el acusado no se resignó. Así, “con idéntica finalidad de imponerle a su presencia y retomar la relación”, instaba a su hijo menor para que le escribiera notas a su madre pidiéndole que volviera con él, controlaba a dónde iba y la llamaba insistentemente, “en ocasiones hasta 100 veces seguidas”, o se presentaba en el gimnasio u en otros lugares a los que iba la mujer, “impidiéndole desde esa fecha que se llevara a sus hijos a su nuevo domicilio”.
Said Kathib siguió enviando a su mujer continuos mensajes escritos y de voz insultándola y conminándola a que volviera con él con insinuaciones constantes de que estaba con otras personas, “reflejando unos celos exacerbados y con la clara intención de continuar manteniendo su matrimonio al entender que E.G.O. era de su propiedad, y que nunca podría estar sola o mantener ninguna otra relación que no fuera con él”. Por ello, decidió denunciar los hechos en marzo de 2017 antes relatados, siendo denegada en esa ocasión la orden de protección que solicitó.
El escrito relata que tras varios meses de presión, sobre las 18.00 horas del día 12 de mayo de 2017 y cuando el acusado, sus hijos y la víctima se encontraban en un piso propiedad de una amiga de la mujer comenzó una discusión durante la cual Said dijo estar muy enfadado porque creía que su expareja mantenía una relación con otra persona y amenazó con matarla.
Tras enviar a los menores a la habitación, ambos continuaron discutiendo en el cocina “hasta que, el acusado, cogió un cuchillo cocinero de 33 centímetros de longitud total, con empuñadura negra de 12 centímetros, y 21 centímetros de hoja de un solo filo, se abalanzó sobre (…), con el propósito de acabar con su vida y con ánimo de aumentar el sufrimiento y dolor de la misma, de forma sorpresiva e inesperada, sin que la víctima lo esperase, la apuñaló en siete ocasiones en el tórax alcanzándole el corazón y en el abdomen”. El acusado lleva privado de libertad por esta causa desde el 12 de mayo de 2017.
(SERVIMEDIA)