Kojima es como el Kubrik o el Scorsese de los videojuegos, quizás el director y creador más talentoso y capacitado que hay ahora mismo, a pesar de que sus obras a veces no se entienden. Death Stranding, su primer lanzamiento con su propio estudio, Kojima Productions, tras su salida de Konami de la saga Metal Gear, llegó con ese halo de: ¿Qué estoy viendo? ¿Qué es esto? Ya lo tenemos aquí y os tenemos que confirmar que es el título más potente y más sorprendente de un año que ha estado lleno de grandes títulos. Merece la pena echar un vistazo a lo que Death Stranding nos ofrece.
Comenzamos asegurando que no hay ningún spoiler de la historia y desvelamos ninguna sorpresa, porque de eso se trata el juego de sorprendernos a cada paso. En esta historia somos Sam Porter Bridges, un porteador, transportista, dentro de una realidad parecida pero con matices diferentes a la actual. Su historia es tremendamente potente, ya sabemos que Kojima da un lugar privilegiado a sus guiones y este juego no está exento de todo lo que hemos visto en sus obras anteriores. Una historia muy profunda que al comienzo no entenderemos pero que con el paso del juego, iremos conociendo y uniendo esos cabos que tan magistralmente nos va dejando el bueno de Hideo. La muerte y la vida, las relaciones familiares o los vínculos entre miembros se dan la mano. Death Stranding no se pone tabúes a la hora de afrontar temas así como de dejar ciertas bromas que hacen aliviar un poco la tensión del momento.
Una de las señas de identidad de los juegos de este director son sus cinemáticas. Vuelven a deleitarnos con unos vídeos que tienen todos su interés ya que nos siguen contando la historia, los diálogos nos introducen como un personaje más y por supuesto los personajes, llenos de carisma, con múltiples aristas y sobre todo, interpretado por actores muy reconocibles del panorama actual y algún que otro cameo sorprendente. Es impresionante como pasamos de estar viendo casi una película a pasar a jugar directamente, sin más ambages.
Pasamos a la parte jugable y es que Death Stranding entre cinemáticas trata de un juego en el que nuestra misión es reconectar núcleos de población que han quedado aislados por todo Norte América. Para ello vamos a tener que recorrerlo de este a oeste. Nuestro protagonista, Sam Porter Bridges cuenta con una habilidad que le hace ser especial en este mundo de ciencia ficción y que descubriréis jugando. Nosotros seremos el encargado de reconectar el mundo viajando entre poblaciones y además siendo “transportista” tanto de los objetos de la misión que se nos encomiende a cada momento como de los que vayamos encontrando perdidos. Somos como una mula de carga y debemos llevar los objetos tanto en nuestra espalda como adheridos a nuestro traje.
El juego cuenta con un impresionante sistema de físicas en el que cada carga tiene un peso específico y esto lo sentimos en nuestro personaje. Uno de los puntos más delicados es situar esta carga y su reparto de pesos para que tengamos la mayor estabilidad posible a lo largo de nuestro camino por el irregular terreno. El juego lo hace automáticamente si tomamos esa opción, pero también podemos ir echándonos a la espalda o a otra parte del cuerpo esta carga y esto será fatal y nos hará perder el equilibrio continuamente a cada mínima irregularidad del terreno.
Como ejemplo, íbamos de camino a un encargo y nos encontramos un contenedor de 60 kilos de peso que no dudamos en montar en nuestra espalda añadiéndolo a los 50 que ya llevábamos. Nos resultó imposible andar más de 10 metros debido a la continua inestabilidad de la carga que nos hacía irnos hacia un lado y hacia otro. Tuvimos que dejar el contenedor abandonado para otra ocasión. Y es que Death Stranding no trata solo de andar y llevar la carga de un lado a otro, hay que ser previsor y estudiar la mejor ruta posible y pertrecharnos con las cuerdas y las escaleras necesarias para solventar los exabruptos de la naturaleza.
Contamos con un escáner del terreno que nos mostrando pendientes, lugares resbaladizos, lomas infranqueables… Al ser un juego de mundo abierto, nosotros decidiremos su ascender o descender por una pared vertical o seguir buscando una ruta mejor a costa de cansarnos físicamente pero no tener tanto peligro de caída.
Realmente con palabras no podemos transmitir esa sensación física que el juego nos aporta y que nos recuerda a cuando éramos niños y bajábamos por esas cuestas en el campo de lado para no caernos, Death Stranding nos aporta eso, el tener cuidado al bajar, nivelarnos, sentir cómo se nos desplaza toda la carga… Es impresionante y es necesario que lo juguéis para sentirlo así. Como decimos, no es un juego solo de transportar cargas ya que a cada paso que demos van a ir apareciendo sorpresas, mecánicas nuevas, algo que siempre nos dejará de nuevo con la boca abierta y con ganas de continuar. Death Stranding tanto por su historia como por su jugabilidad es adictivo y nos vamos a pasar pegados a la pantalla las más de 50 horas de historia que contiene el juego, y eso sin contar si nos ponemos a explorar y encontrar algunos coleccionables.
Como porteador, tendremos que labrarnos una reputación para ir desbloqueando algunas mejoras. Para eso al final de cada misión se nos valorará tanto por el estado de la carga como por la distancia recorrida, la rapidez del encargo, etcétera. Esto nos dará unas ventajas que a la larga vamos a agradecer en nuestros viajes por Death Stranding. Un Death Stranding que Kojima aconsejó jugar conectados a Internet y es por algo muy claro. La posibilidad de colaborar de modo asimétrico con otros jugadores es asombrosa.
¿Recordáis cómo está planteado Dark Souls con los distintos tipos de mensajes a lo largo de los escenarios? Death Stranding da un paso más y la interacción con otros jugadores online no solo se queda en mensajes de advertencias de peligro o de ánimo en donde recuperar resistencia. Podremos colocar escaleras y cuerdas en lugares estratégicos para atravesar obstáculos y estas ayudas se quedan para que otros jugadores en sus partidas puedan utilizarlas y viceversa, podremos encontrarnos caminos ya marcados y usarlos y estos han sido creados anteriormente por otro jugador. Por supuesto que todo esto aparece tras conectar a la red una zona, permitiéndonos en los primeros viajes el poder explorar de manera libre todos los terrenos. Y en caso de que no las mantengamos o no sean útiles, desaparecerán en un tiempo.
El sistema de Likes de algunas redes sociales se ha implementado aquí de modo que hay estructuras inútiles que no servirán y que no tendrán likes pero otras que estén en lugares donde sea necesaria una cuerda o una escalera nos salve de una caída mortal, esas estructuras tendrán muchos likes y serán muy populares y utilizadas. Es una alegría ver cuando en tu estructura y en tu camino te encuentras likes por haber ayudado a otros jugadores. Esta interacción con otros jugadores va mucho más allá y os animamos a que la probéis, tanto a la hora de dejar señales, construir ayudas en el camino o incluso viajes en vehículos o ayudas con las cargas en entregas colaborativas, es decir, un paquete que no has podido entregar lo dejas en confianza para que otro jugador te haga el favor de llevarlo. Quizás no es algo que nos de demasiada recompensa, pero ayudar a alguien de esta manera es bastante bonito.
Los momentos de tensión no solo se reducen a perder el equilibrio en nuestros viajes. Hay ciertos enemigos invisibles que son capaces de acabar con nosotros. Aquí es donde deberemos escabullirnos sin que nos vean o de lo contrario nos llevarán a un lugar que no nos va a gustar nada. No solo estos seres nos vamos a enfrentar, ya que a lo largo del camino es probable encontrarnos a ciertos bandidos que al estilo del antiguo oeste, quieran robarnos nuestra carga. Aquí lucharemos directamente contra ellos aunque no será recomendable hacerlo y no es porque la muerte sea un problema, ya entenderéis la razón cuando viváis la experiencia por vosotros mismos.
Si el juego en sí es soberbio, la calidad gráfica está a la altura y sin duda es uno de los juegos que más exprimen nuestra Playstation 4 a nivel de gráficos con una técnica fotorealista que nos muestra a los actores tal cual son con gran calidad de modelados, texturas, paisajes… que es realmente una gozada visualmente. Tanto en la parte jugable como en la parte de cinemáticas y de recreación de los actores. La mayor parte famosos y totalmente reconocibles. El trabajo realizado también por ellos en la expresividad es genial. Perfecto podríamos decir.
La banda sonora también es impresionante y realmente curiosa la forma de implementarla. Vamos caminando y de pronto comienza a sonar una canción, melodías que nos aportan ese toque de tranquilidad y emoción que se disfrutan a cuentagotas, como las pequeñas cosas de la vida. Destacar el doblaje en español de magnífica calidad, aunque las voces en inglés son soberbias.
Quizás la mayor sorpresa del año, Death Stranding, lo nuevo de Hideo Kojima nos ha encantado, emocionado y hasta enamorado. Una historia profunda, con un final de esos que quedarán para el recuerdo. Una jugabilidad soberbia y excelente. Unos gráficos que quizás sean lo mejor que veremos en esta generación y por último una banda sonora de calidad ponen el broche al que puede ser el juego del año. Hemos tenido que esperar para poder jugar a Death Stranding pero sin duda, la espera ha merecido la pena y es un imprescindible.