En cuatro de cada diez hogares españoles vive por lo menos un perro, cuando no conviven más perros a la vez. Nos gastamos por encima de los mil euros al año en cuidarlos y alimentarlos, pero… ¿lo hacemos de la manera más idónea? Una buena nutrición es esencial para su salud y sus condiciones de vida. Sin embargo, no siempre acertamos, porque el cariño por grande que sea, no basta.
Podría parecer exagerado, pero no lo es: tan importante como velar por una buena dieta para tus hijos es preocuparte de aprender qué pienso es mejor para tu perro. No informarte del tipo de alimentación que más le conviene equivaldría a cometer una irresponsabilidad enorme. Sería tan arriesgado como jugar a la ruleta rusa con su nutrición, de tal forma que si acertaras sería por azar y si te equivocases (lo más probable) le costaría la calidad de vida, cuando no la vida misma.
Si decides tener a un “peludo” en casa (es así como se llama al perro de forma cariñosa) debe de ser con todas las consecuencias. Hay que tener en cuenta varias cosas.
Lo primero es saber si podrás cuidarlo como precisa. Tienes que plantearte con objetividad, más allá de tus deseos personales, si de verdad serás capaz de atenderlo en todas sus necesidades. Sabes que tener perro no es un capricho y has de asumir las obligaciones que conlleva.
Estas responsabilidades van más allá de darle de comer; sacarle de paseo varias veces al día, para que cumpla con sus funciones fisiológicas fuera de casa, o llevarlo periódicamente a un veterinario para que lo vacune y para que controle su peso, el estado de sus dientes y de sus patas y, en definitiva, su crecimiento y desarrollo saludables.
También es necesario disponer de un tiempo que poder dedicar al animal, y la paciencia y atención suficiente como para poder comprenderlo en cada situación. Has de dispensar a tu perro unos cuidados básicos, el más importante de los cuales consiste en su correcta nutrición y su salud.
Por esto, tienes que asegurarte de que el pienso con el que lo alimentas es el más adecuado para él y debes de elegirlo en función de sus necesidades. También debes de elegirlo, claro está, en función de tu presupuesto y de tus posibilidades de gasto, no debes de escatimar, pero tampoco entrar en derroches. Hay piensos para todos los gustos, calidades y precios, la clave es dar con el que sea más apropiado dentro de un margen.
Asesoramiento profesional
La segunda cuestión que debes de plantearte es qué clase de perro quieres adoptar. Has de saber elegir la raza más adecuada para tus circunstancias y tu vida cotidiana. Como la inmensa mayoría de los amantes de los animales no somos expertos en ellos, lo más recomendable es dejarte asesorar por los profesionales que sí lo son.
Por lo menos hay trescientas cuarenta y tres razas caninas reconocidas y catalogadas en todo el mundo, aunque los científicos no descartan que la cifra pueda ser superior. No es lo mismo tener en casa un gran danés que tener un chihuahua, de la misma manera que un golden retriever o un labrador no son intercambiables con ningún pitbull, ni con ningún pastor belga malinois.
Cada raza tiene unas características comunes que la diferencian de las demás. Pero, al igual que sucede con las personas, tu perro tiene sus peculiaridades, sus habilidades individuales, un carácter específico y una herencia genética que lo hace único, distinto de los otros perros de su misma raza.
Aunque su capacidad de adaptación al medio sea extraordinaria, lo ideal es dar con el tipo de perro que ‘a priori’, por su naturaleza, se acomode mejor al entorno que vas a proporcionarle al vivir contigo. Es por su bien, pero también lo es por el tuyo.
La dieta equilibrada
Supongamos que ya has elegido al perro que consideras el más adecuado para ti y para tu familia. Ahora viene algo tan esencial como su nutrición, que es lo que marcará para el futuro su calidad de vida.
Muchos dueños de perros creen que la comida casera es más barata y de mayor calidad que la que puede ofrecer un pienso de fabricación industrial, ya sea de los genéricos que se venden en los grandes almacenes, o bien de los específicos que se pueden encontrar en las tiendas más especializadas. Pensando así, cometen un grave error.
Para acertar con la comida casera para tu perro, tendrías que conocer a fondo la dieta que necesita su raza. Tendrías que pensar en la composición de esta dieta y saber cuál es la relación equilibrada de sus vitaminas, sus proteínas, etcétera. Deberías disponer del tiempo preciso para poder ir al mercado a comprar todos estos alimentos y después poder cocinarlos.
Vamos, que tendrías que ser como Ferrán Adriá o como el difunto chef francés Paul Bocuse, pero en versión de “gastronomía canina”. Dar comida casera a un perro está bien si se hace de vez en cuando, pero no constantemente.
Los piensos vienen elaborados con las dietas más equilibradas y específicas para cada animal: el perro que necesita perder peso, el perro diabético, el que precisa quemar mucha energía diariamente, el que lleva una vida sedentaria o sosegada, los perros jóvenes, los adultos, los pequeños, los medianos, los grandes y multitud de circunstancias particulares.
La dosis
En los sacos que contienen estos piensos vienen especificadas las dosis exactas que necesitan ingerir los perros en función de cada caso. Todo está controlado y debidamente testado por las autoridades sanitarias y veterinarias.
Una vez que sabes la dosis que tienes que dar a tu perro, ¿cómo habrá que administrarla? ¿Cuántas veces habrá que darle de comer al día? En el saco también viene especificada la dosis total diaria para el animal. Hay que dividir dicha dosis diaria entre el número de veces que vas a darle de comer. Por ejemplo, si el perro necesita ingerir trescientos treinta gramos de pienso al día y vas a darle de comer tres veces, debes de ponerle en el comedero ciento diez gramos de pienso cada vez.
Por lo general, tu perro deberá de comer cuatro veces al día hasta que cumpla cuatro meses de edad; tres veces al día hasta tenga los ocho meses; dos veces al día cuando llegue al año y medio, y una o dos veces al día a partir de entonces, en su madurez. La digestión del perro es lenta y se dilata a medida que avanza en la edad.
No obstante, siempre hay que consultar al veterinario, ya que éste sabe mejor que nadie cómo adaptar las recomendaciones del fabricante del pienso al caso particular de tu perro.
Más perros que niños
En España hay más perros que niños menores de 15 años. Es la consecuencia lógica de que, a lo largo de la última década, el índice de natalidad en nuestro país haya caído estrepitosamente, hasta un cuarenta por ciento. Y éste es el mismo porcentaje de hogares españoles en los que vive uno o más perros hoy en día.
España es el quinto país ‘pet friendly’ (amigable para las mascotas) de toda Europa. El comercio nacional de los productos veterinarios, medicinas y alimentos para animales experimenta un aumento constante. Crece al dos y medio por ciento cada año. Este incremento se sitúa al mismo nivel, o quizás un poco por encima, del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español en los últimos años.
En nuestro país, el comercio de medicinas, complementos veterinarios y piensos mueve unos mil doscientos millones de euros anualmente, según las últimas estadísticas del sector. La cifra representa cerca de un tres y medio por ciento de los treinta y nueve mil millones de euros que se mueven cada año en todo el mercado europeo.
Como promedio, los españoles nos gastamos cada año, unos mil euros ‘per cápita’ en nuestros perros, entre alimentación y cuidados veterinarios. La clave está en saber emplear este dinero con acierto.