¿Nunca se lo han preguntado?
Los pasaportes de todo mundo están impresos bajo tapas de únicamente cuatro colores: negro, azul, rojo y verde.
Sorprendentemente, no existen restricciones legales que obliguen a utilizar estos tonos en especial, por lo que cada país es libre de imprimir sus documentos como prefieran, hecho que incrementa el misterio.
Según nos explican en ‘News 24’, la mayoría de países deciden utilizar estos colores porque aportan al documento un aspecto de mayor formalidad.
La elección suele responder a cuestiones de afinidad, económica, política, e incluso cultural con otros países.