El citado club que coordina Armando Álamo celebra el día 8 de octubre su primera cita, abordando el libro de Iván Repila, ‘El niño que robó el caballo de Atila’
El viaje iniciático, el Bildungsroman, o los relatos de aprendizaje se encuentran muy presentes a lo largo de toda la literatura universal escrita, así como en infinidad de creaciones audiovisuales. La Biblioteca Insular del Cabildo grancanario se propone en una nueva entrega de su denominado Espacio Fronterizos abordar el viaje como recurso de exploración en las tres citas previstas que se desarrollan, al cuidado de Armando Álamo, los días 8 de octubre, 12 de noviembre y 10 de diciembre.
“Nos embarcamos en una especie de Inter Raíl para leer, ver y escuchar cómo nos marca el camino”, señala Álamo, graduado en Filología y Máster en Cultura Audiovisual que coordina el citado espacio de la Biblioteca Insular con entrada libre para toda la ciudadanía que desee adquirir billete para este periplo que convoca su salida siempre a las 19:00 horas.
Así, el día 8 de octubre, se procederá a la lectura del segundo libro del novelista bilbaíno Iván Repila, ‘El niño que robó el caballo de Atila’, una novela considerada todo un verdadero viaje iniciático al interior de uno mismo y una reflexión sobre la condición humana. El citado título, la fábula de dos hermanos encerrados en un pozo que llamaba a perseguir las revoluciones posibles, se ha traducido al inglés, francés, italiano y hasta al coreano o el persa.
El día 12 de noviembre se procederá a la proyección del filme de referencia del cineasta Win Wenders, ‘París-Texas’, una ‘road movie’ que narra el viaje por el sur de Estados Unidos de su protagonista, que se traslada sin norte y sin memoria por el desierto de Texas. Finalmente, el día 10 de diciembre, el librero y aventurero José Luis González Ruano, ofrecerá la conferencia titulada ‘Una lectura activa del viaje’, en la que el escritor, antropólogo ambiental y librero grancanario, sintetiza su idea de “viajero”, del viaje como actividad humana determinante, así como del sentido estético que esta actividad proporciona como experiencia literaria.
Como señala Armando Álamo, los viajes suelen devolvernos a casa o alejarnos para siempre y sin remedio del lugar de origen. “Abandonamos la comodidad de nuestro hogar para emprender una misión donde el destino no siempre es lo más importante. Nuestras huellas en el camino nos irán marcando poco a poco. El viaje puede llevarnos al fondo del Gran Cañón siguiendo las marcas de neumático de Thelma y Louise, al Monte del Destino en el que arrojar el anillo único de poder o a vagar por calles y carreteras junto a Holden Caulfield o Sal Paradise”.