El proyecto de restauración de las obras de arte, próximo a cumplir 6 meses de duración, incluye el tratamiento de murales realizados en los años cincuenta del pasado siglo y lienzos del s. XIX
Previo a su tan esperada apertura, Barceló Hotel Group se ha embarcado en un minucioso plan de rehabilitación de algunas de las obras de arte más icónicas del renovado Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, en Las Palmas de Gran Canaria. Capitaneado por Beatriz Galán, restauradora de obras de arte y experta en conservación preventiva, este proyecto se planteó para abarcar la restauración de obras de varias estancias del hotel como el Bar Carabela, el Salón Arencibia y el emblemático Salón García-Escámez, que pasará a llamarse Salón Miguel Martín-Fernández de la Torre, en honor al reconocido arquitecto canario que convirtió el hotel en el icono de lujo que es actualmente.
Una de las obras que se ha intervenido es Procesión de ciegos en torno a Santa Lucía del pintor canario Jesús Arencibia, uno de los varios murales con la técnica de marouflage (tela pintada que se adhiere a los muros con adhesivos fuertes, para crear un mural). El tratamiento realizado en el soporte, consistió en despegar el lienzo del muro y fijarlo sobre una nueva base inerte; de esta manera la obra ya no queda condicionada a problemas de humedad u otros que dependan del estado de la pared y se asegura su preservación.
Por su parte, en el Salón Arencibia –donde, como su nombre lo indica, se encuentran muchas más piezas del artista, entre ellas el mural El amanecer de las brujas- las obras recibieron tratamientos de conservación, que consistieron principalmente en limpiar la suciedad superpuesta al barniz, eliminar retoques de color no originales y re-barnizar las piezas para reavivar los colores.
En el Salón Miguel Martín-Fernández de la Torre, que en 1951 acogió la primera cena de gala del hotel con su nueva configuración para el presidente de Liberia, se les ha devuelto la vida a sus llamativos murales retirando una gruesa capa de resinas duras, ya oscurecida por el paso del tiempo, y sustituyéndola por una de barniz especial para pinturas al óleo, con la finalidad de proteger la pintura de factores de deterioro externos.
Además de las piezas de Arencibia, también se han restaurado obras de otros reconocidos artistas canarios como la pintura al óleo Roque Bentayga del tinerfeño Manuel Martín González, y tres lienzos del pintor Santiago Santana que decoran los muros del hotel. También los escudos de la ciudad de La Palma situados sobre el pórtico de la entrada y en el Bar Carabela han recobran su resplandor y visibilidad nuevamente.
Historia local llamada a perpetuarse
El hotel Santa Catalina se inauguró en 1889 y ha formado desde entonces parte de una larga tradición turística en la capital. Gracias a su privilegiada ubicación en la ciudad y a su entorno de ensueño, se convirtió en una referencia del éxito turístico de Gran Canaria, especialmente a finales de los años 50 y los 60. El establecimiento fue adquirido por el Ayuntamiento en el año 1923 y, en el año 1951, se inauguró el nuevo edificio creado por Miguel Martín-Fernández de la Torre, cuya configuración se conserva hasta la fecha. Actualmente, es uno de los ejemplos más significativos del movimiento regionalista de la arquitectura de la ciudad del siglo XX.
Bajo la gestión del grupo hotelero mallorquín, el cinco estrellas está llamado a convertirse, una vez, más en un ejemplo de elegancia clásica y lujo, gracias a la conservación y rehabilitación de sus espacios más icónicos, como el Patio de las Tortugas, uno de sus espectaculares espacios exteriores que “abrazan” al Salón Miguel Martín-Fernández de la Torre (anteriormente conocido como Salón García-Escámez) y donde los clientes podrán disfrutar de un área de relajación en un apacible entorno natural.