Bandai Namco Studios apuesta por la fórmula del juego de rol y supervivencia en el que nuestra paciencia será la clave para poder seguir avanzando en este Code Vein que no aporta demasiadas novedades al género Souls Like, que empieza a saturar el mercado y que si que cuenta con una estética anime japonés que visualmente lo hace bastante atractivo.
La historia nos pone en la piel de un personaje que personalizaremos con un editor muy muy completo que nos permitirá retocar prácticamente cada rasgo del protagonista o de la protagonista que queramos. Eso sí, si escogéis a una chica, será bastante voluptuosa como estamos acostumbrados a ver en los dibujos japoneses. Podremos retocar desde la talla del pecho hasta incluso el tinte o distintos accesorios que puede llevar en su vestuario el protagonista.
Tras crearnos a nuestro personaje ideal pasaremos a la historia en sí que nos sitúa en un futuro en el que una ciudad ha sido apartada del mundo y aniquilada por un cataclismo llamado Las Púas de la Justicia. Los supervivientes que aún tienen consciencia son los Resucitados, una especie de Vampiros que van en busca de fuentes de Perlas de Sangre para calmar la imperiosa sed que tienen. De no poder beber en mucho tiempo, estos resucitados se transforman en Perdidos, unos temibles monstruos sin raciocinio y muy agresivos ante todo lo que tengan en frente. Nuestro protagonista es un Resucitado que tiene la capacidad de regenerar las fuentes de Perlas de Sangre pero que no recuerda nada de su pasado y el objetivo será descubrir toda la verdad tanto sobre el personaje como sobre el mundo en el que se encuentran y desentrañar todos los misterios ocultos.
A nivel jugable nos encontramos ante un Soulslike en el que podemos llevar dos armas, deberemos eliminar enemigos para ganar experiencia con la que subir de nivel y mejorar al personaje. Tendremos una barra de resistencia, con lo cual, tanto los ataques fuertes como los ataques débiles consumirán esta barra. También la posibilidad de esquivar y de bloquear ataques nos restarán la tan ansiada resistencia. En todo momento deberemos estar controlándola para no quedarnos desprotegidos, ya que como en todo juego de este género, hasta el más nimio enemigo puede acabar con nosotros y con nuestra experiencia acumulada.
Como innovación este Code Vein nos introduce en un sistema de clases a partir de unos códigos de Sangre que iremos encontrando a lo largo de nuestra aventura. Al comienzo nos darán tres códigos: De luchador para combate cuerpo a cuerpo, de montaraz para un personaje de apoyo y defensivo y Conjurador para combate a distancia, lo que viene siendo un mago. Más adelante podremos encontrar más códigos como el de Asesino, Heraldo, Prometeo… Y así hasta 12 posibles clases con su forma distinta de jugar.
Cada clase tiene asignados una serie de dones o habilidades activas y pasivas especiales de esa clase pero que usándolas y cumpliendo ciertos requisitos se podrán añadir a cualquier otro código. Si son habilidades activas podremos equiparlas en los botones de acceso rápido mientras que si son pasivas, ya estarán activas al desbloquearlas. Este desbloqueo se produce con Icor, que viene siendo la experiencia que nos aportan los enemigos al morir y con el que también subiremos de nivel.
La capacidad de personalización de clases y de posibilidades de mezclar los códigos con los dones es abrumadora y realmente podremos buscar la mejor configuración para nuestro modo de jugar. También subiremos nivel como decíamos antes. El desbloqueo de dones y la subida de nivel se realiza en los muérdagos, que hacen las veces de hoguera y donde el juego se podrá guardar y todos los enemigos que hubiéramos matado en el juego se resetearán y volverán a aparecer. La subida de nivel es con gasto de Icor y se sube automáticamente, no podremos elegir en qué habilidad potenciar a nuestro personaje.
Nuestro protagonista podrá llevar equipadas hasta dos armas que podrá cambiar rápidamente con un botón. Estas armas son de distintas categorías como tubos, espadas ligeras y pesadas, hachas, martillos gigantes, bayonetas, etcétera. Si nos gusta mucho un arma y queremos conservarla durante toda la partida tan solo con mejorarla en el herrero iremos nivelándola para acabar fácilmente con todo lo que se nos ponga por delante.
Los enemigos que nos encontramos van desde pequeños perdidos que con poco esfuerzo nos desharemos de ellos hasta colosales guerreros con los que tendremos que ser más tácticos. Conviene combatirlos uno a uno, eso sí, porque si se juntan muchos enemigos a la vez es probable que acaben con nosotros. También es cierto que por orden general los enemigos son lentos y podremos anular su ataque si les golpeamos cuando están ejecutándolo, pero también tendremos que protegernos y esquivar cuando hayamos comprendido la rutina de cada uno.
En cualquier caso, y esto también es algo novedoso, se han incluido distintos compañeros que nos ayudarán a lo largo de nuestra aventura en los combates, sobretodo contra los grupos de rivales que se podrán encontrar en los distintos escenarios. Estos compañeros resisten bastante bien y realmente serán de ayuda e incluso podremos usar habilidades conjuntan con ellos.
La exploración es un punto fuerte de la aventura y que deberemos perdernos por las mazmorras en busca de secretos ocultos, ítems e incluso códigos de sangre que se encuentran dispersos por el escenario, también piezas de equipo como armas y armadura. Tendremos en pantalla un radar que si bien no muestra todo el mapa, solo cuando descansamos en el muérdago de la zona se descubre este, nos marca por dónde hemos pasado y con este sistema nos iremos orientando y no haremos un viaje en sentido contrario, al menos inconscientemente. El propio juego nos pondrá un reto de completar cada sector al completo y esto nos puede entretener y alargar las más de 25 horas que puede dar la historia con sus misiones principales y alguna que otra secundaria.
También el modo online en el que podremos entrar en la partida de otra persona a través de internet para ayudarle en su aventura alarga las horas de partida, ya que un modo cooperativo en este tipo de juegos siempre se agradece.
Gráficamente Code Vein luce bien con su estilo de anime japonés y sus personajes característicos de este género. Además tiene un toque de técnica Celshading que lo arrima aún más a esta estética. El diseño de personajes y de escenarios está bastante cuidado y se disfruta cada sala y cada enemigo y compañero y pieza de ropa que nos ponemos. El juego corre fluido sin caídas de frames cuando nos encontramos con muchos enemigos.
En cuanto al sonido la banda sonora cumple con aprobado su función ya que la música, a pesar de ser buena, puede llegar a ser repetitiva durante las distintas situaciones que nos vamos encontrando. El juego viene doblado al inglés y al idioma nipón pero con subtítulos en español para que entendamos perfectamente lo que se está contando.
Code Vein es un Soulslike con alguna idea novedosa como la de los códigos de sangre que cambian completamente el modo de juego y unos dones o habilidades que lo complementan y abren un abanico inmenso de posibilidades a nivel jugable. En cuanto a la historia, no será recordada como uno de los mejores guiones del género pero tampoco es un desastre, cumple sin más. Cualquier fan del género de los juegos como Dark Souls va a disfrutar Code Vein, es más de este tipo de juegos en los que la paciencia y la habilidad se cultivan jugando. Bandai Namco nos lo trae y si de verdad te gustan este tipo de juegos, hazte con Code Vein porque es otro reto a disfrutar.