El nivel del mar aumentará más de 10 veces más rápido a finales de este siglo de lo que lo hizo en el anterior si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, con lo que podría subir hasta 84 centímetros en 2100 e incluso hasta 1,1 metros y sumergería zonas habitadas por cientos de millones de personas.
Así se recoge en el ‘Informe especial sobre el océano y la criosfera en un clima cambiante’, el tercero de los informes que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), perteneciente a Naciones Unidas, ha encargado como trabajo previo a su Sexto Informe de Evaluación.
Los dos anteriores trataban sobre la necesidad de tomar medidas para evitar que la Tierra se caliente 1,5ºC más respecto a la era preindustrial y sobre la conveniencia de seguir una dieta equilibrada con más alimentos de origen vegetal y menos carne para proteger la tierra y combatir la crisis climática.
El informe se hizo público un día después de ser aprobado en Mónaco por representantes de los 195 Estados miembro de IPCC. El documento fue elaborado por 104 científicos de 36 países, entre ellos los españoles Íñigo Losada, del Instituto de Hidráulica Ambiental ‘IHCantabria’ de la Universidad de Cantabria, y Javier Arístegui, del Instituto de Oceanografía y Cambio Global de la Universidad Las Palmas de Gran Canaria. El trabajo hace referencia a 6.981 publicaciones y los científicos recibieron 31.176 comentarios de revisores expertos y gobiernos de 80 países.
El tema a tratar es el océano y la criosfera (esto es, los componentes congelados de la Tierra, como los glaciares, los casquetes polares, el hielo marino y el permafrost). Unos 670 millones de personas viven en alta montaña, 680 millones en bajas zonas costeras, 65 millones en pequeños estados insulares y cuatro millones en la región del Ártico.
NIVEL DEL MAR
El calentamiento global ya ha alcanzado 1°C por encima del nivel preindustrial debido a las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y actuales y existe una abrumadora evidencia de que esto tiene consecuencias para los ecosistemas y las personas: océanos más cálidos, ácidos y menos productivos; subida del nivel del mar por el deshielo de glaciares y capas heladas, y más episodios extremos costeros.
El informe señala que el nivel del mar aumentó cerca de 15 centímetros durante el siglo XX y ahora sube más del doble de rápido (3,6 milímetros por año). La proyección es que podría aumentar entre 43 y 84 centímetros en 2100 (dependiendo de si el escenario de emisiones es alto o bajo para entonces), aunque en el peor de los casos podría ser de hasta 1,1 metros. Y esa proyección supondría 5,4 metros para 2300. Por ello, es probable que algunos países insulares sean inhabitables.
El aumento del nivel del mar incrementará la frecuencia de episodios extremos durante las mareas altas y las tormentas intensas, con el consecuente riesgo para muchas ciudades costeras e islas pequeñas, que están abocadas a invertir en adaptación climática. Es probable que algunas naciones insulares se vuelvan inhabitables debido al cambio climático oceánico y en la criosfera, según el informe.
GLACIARES
Por otro lado, las personas que viven en las regiones montañosas están cada vez más expuestas a los peligros y los cambios en la disponibilidad de agua, según el informe, ya que los glaciares, la nieve, el hielo y el permafrost están disminuyendo y continuarán haciéndolo, con consiguientes riesgos como deslizamientos de tierra, avalanchas, desprendimientos de rocas e inundaciones.
Respecto a los glaciares, podrían perder entre un 18 y un 36% de su masa en todo el mundo entre 2015 y 2100 si continúan las altas emisiones, lo que reduciría el suministro de agua para las personas que dependen de ellos. Algunas zonas montañosas con glaciares pequeños (como Europa central, el Cáucaso, el norte de Asia, Escandinavia, los Andes tropicales, México, África oriental e Indonesia) perderían al final de este siglo más del 80% de su actual masa de hielo.
Por otra parte, el informe indica que el calentamiento y los cambios en la química de los océanos ya están alterando las especies en toda la red alimentaria oceánica, con impactos en los ecosistemas marinos y las personas que dependen de ellos. Hasta ahora, el océano ha absorbido más del 90% del exceso de calor en el sistema climático. Para 2100, absorberá entre dos y cuatro veces más calor que entre 1970 y ahora si el calentamiento global se limita a 2°C, y entre cinco y siete veces más si continúan las emisiones altas.
Las olas de calor marinas se han duplicado en frecuencia desde 1982 y están aumentando en intensidad. Se proyecta que sean más frecuentes, duraderas, extensas e intensas, con una frecuencia 20 veces mayor con 2°C de calentamiento en comparación con los niveles preindustriales y 50 veces más recurrentes si las emisiones continúan disparándose.
HIELO MARINO Y PERMAFROST
El informe del IPCC recalca que la extensión del hielo marino del Ártico está disminuyendo cada mes del año y se está volviendo más delgada. Si el calentamiento global se estabiliza a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales, el Ártico sólo estaría libre de hielo en septiembre una vez cada 100 años. Si llega a 2°C, esto ocurriría un año de cada tres. Algunas personas que viven en la región ártica, especialmente los pueblos indígenas, ya han ajustado sus actividades de viaje y caza a la estacionalidad y seguridad de la tierra, el hielo y la nieve, y algunas comunidades costeras han planeado la reubicación.
El permafrost (esto es, a capa permanentemente congelada del subsuelo de las regiones muy frías o periglaciares) podría descongelarse de forma generalizada en el próximo siglo. Eso ocurriría en un 25% de esa superficie si el calentamiento global se limita a menos de 2ºC y en el 70% si no se reducen las emisiones contaminantes. El permafrost ártico y boreal contiene grandes cantidades de carbono orgánico, casi el doble del carbono en la atmósfera, y tiene el potencial de aumentar significativamente la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera si se descongelan.
«TRANSICIONES SIN PRECEDENTES»
El informe concluye que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, proteger y restaurar los ecosistemas, y administrar cuidadosamente el uso de los recursos naturales permitiría preservar el océano y la criosfera como una fuente de oportunidades, limitan los riesgos para los medios de vida y ofrecen múltiples beneficios sociales adicionales.
El mar abierto, el Ártico, la Antártida y las altas montañas pueden parecer lejanas para muchas personas, pero dependemos de ellos y estamos influidos directa o indirectamente de muchas maneras: para el clima, la alimentación y el agua, la energía, el comercio, el transporte, el ocio y el turismo, la salud y el bienestar, la cultura y la identidad», apuntó Hoesung Lee, presidente del IPCC.
A este respecto, Lee afirmó: «Si reducimos las emisiones bruscamente, las consecuencias para las personas y sus medios de vida seguirán siendo desafiantes, pero potencialmente más manejables para aquellos que son más vulnerables. Aumentamos nuestra capacidad de desarrollar resiliencia y habrá más beneficios para el desarrollo sostenible».
Debra Roberts, copresidenta del Grupo de Trabajo II del IPCC, indicó que sólo podrá mantenerse el calentamiento global por debajo de 2ºC en comparación con la era preindustrial si se hacen «transiciones sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad, como la energía, la tierra y los ecosistemas, la infraestructura y la industria».
(SERVIMEDIA)